Carlos Guerrero ha decidido arrojar la toalla a menos de cuatro meses de la convocatoria de elecciones municipales, que se celebran el domingo 22 de mayo, y hoy mismo tiene previsto presentar su renuncia como candidato por el PSOE a la Alcaldía de Vilagarcía de Arousa por motivos de salud.

La salida de Guerrero es conocida por la ejecutiva socialista desde finales de la pasada semana y de hecho la dirección del partido ya se vio obligada a suspender la presentación oficial que estaba programada para el pasado sábado, puesto que incluso se reservó el Auditorio Municipal con este fin.

La intención era que el propio ministro de Fomento, el lucense José Blanco apadrinase a Carlos Guerrero, tras haber hecho lo propio con el cabeza de cartel de Pontevedra, Antón Louro. Pero con unos días de antelación, por no decir horas, Carlos Guerrero ya planteó a la ejecutiva sus dudas sobre la misión que se le había encomendado en diciembre y que él estaba dispuesto a asumir.

Así las cosas, la oficina socialista evitó lanzar la convocatoria a los militantes por el procedimiento habitual, es decir con los clásicos SMS telefónicos. Aún así, la dirección del partido albergaba ciertas esperanzas de que Guerrero se echase atrás, por lo que se estaba a tiempo de convocar una presentación más casera del candidato, es decir, sin la presencia de José Blanco.

Carlos Guerrero era, sin duda, el líder de consenso para sustituir el vacío que deja la actual alcaldesa, Dolores García Jiménez quien en septiembre ya advirtió de que no se presentaría a las elecciones municipales de mayo. La retirada de García Jiménez se vistió y presentó como algo personal aunque en muchos círculos se sigue viendo como forzada por los órganos del partido.

Con la renuncia de Guerrero, el PSOE inicia una de las etapas más complejas de los últimos años, sobre todo, en términos de credibilidad. Cabe recordar que ya en las anteriores elecciones municipales sufrió un fuerte revés debido al relevo de Enrique León quien tras ser proclamado alcalde y estar casi dos meses en el despacho presidencial de Ravella tuvo que renunciar por motivos de incompatibilidad con el cargo, ya que seguía siendo policía en segunda actividad. Eso sí fue necesaria una denuncia a la Junta Electoral por parte del Partido Popular.

Ello llevó a Dolores García, la segunda de la lista, a ponerse al frente del Gobierno local, un puesto que no era su aspiración y que tuvo que sobrellevar en coalición con el Bloque Nacionalista Galego, a los que cedió varias áreas de actividad.

Recientemente ha vivido los momentos más convulsos de su corta trayectoria como alcaldesa pues la propia ejecutiva llegó a imponerle el nombre de los concejales que ocupan los puestos más relevantes de acción, fruto de la renuncia del edil de Xestión do Territorio, Marcelino Abuín, abocado a dejar su concejalía por la polémica de los bancos de azulejo de Ravella.

Este nivel de confrontación llevó a la búsqueda de un candidato de consenso y apareció Carlos Guerrero, con una trayectoria política amplia pues ya había sido concejal de Deportes con Javier Gago y también consiguió sillón en la lista de Enrique León. Por motivos personales también presentó su dimisión en los dos equipos.

En el mes de diciembre comunicó su compromiso de dirigir el nuevo proyecto socialista pues contaba con el respaldo de la militancia pero sobre todo el apoyo absoluto de su familia.

Este respaldo se vio consagrado en la asamblea socialista que casi por unanimidad aceptó la propuesta, si bien no daba ningún avance ni explicaciones sobre el equipo que acompañaría al candidato en su nuevo periplo político.

Últimamente, con la crisis de los bancos de Ravella, quedaron a las claras muchas de las maniobras de posición, con el meteórico ascenso de Tania García y la próxima entrada como concejal del secretario local de la organización vilagarciana, Álvaro Carou.

Todos estos cambios cuentan con el respaldo personal del secretario de organización del PSOE, Modesto Pose y también con la presencia en alguna de las reuniones del portavoz parlamentario, Abel Losada.

Queda, a partir de ahora, otro largo camino para encontrar a otro político de consenso en la formación del puño y la rosa. Los nombres de Modesto Pose, Jesús Paz o el propio Javier Gago pueden volver a estar sobre la mesa. Tampoco es desdeñable la idea de que Tania García vuelva a formar parte de esta quiniela.