Aunque va a desarrollarse por fases, y esto supone que todavía falta mucho tiempo antes de ver totalmente finalizada esta actuación, Pontecesures espera con ansiedad la ejecución del proyecto de reordenación, embellecimiento y transformación de la fachada litoral de la villa.

Con un desembolso estimado de 5 millones de euros para actuar sobre 61.000 metros cuadrados de superficie, el ente público busca el modo de “hermanar” o “fusionar” todo aquello que representa el río Ulla y su actividad pesquera, pero también todo lo que conlleva la consideración de Pontecesures como Porto Xacobeo y lo que representa este pueblo desde la vertiente más industrial.

A grandes rasgos se busca la prolongación del puerto dentro de la ciudad, o lo que es lo mismo, la integración de la villa dentro del río. Es una simbiosis con tintes ecológicos, lúdicos y económicos que puede considerarse, quizás, el proyecto más importante de la historia reciente de Pontecesures.

Para hacer realidad esta actuación, Portos elaboró un estudio previo de la zona a remodelar en el que se desglosan la zona verde que forma el corredor del Ulla, un espacio de contacto entre el puente y la villa y los espacios dotacionales.

Además, se subdivide el espacio global de actuación en diez módulos, espacios o áreas muy concretos, cada una de ellos con sus potencialidades y propuestas de mejora. Son estos:

Zonas 1 y 2.- Estos módulos de actuación dentro del proyecto global se refieren al corredor verde fluvial del Ulla antes y después del viaducto, es decir, a las actuaciones de embellecimiento a desplegar tanto en la parte superior como en la cara inferior del puente romano Pontecesures-Padrón.

Zona 3.- Este espacio aparece marcado por la parte posterior de las viviendas que dan al río. Según el estudio se caracteriza por la presencia de las rampas y de “esa piedra tan empleada en los espacios portuarios”. La intención de Portos es recuperar “el pavimento único de los antiguos muelles, hoy oculto por el asfalto”. Y eso, cree el ente público, “puede compaginarse con la conservación de los plátanos, que son una buena transición entre el mulle y la pequeña escala de casas”. Según el estudio, es necesario “recuperar y fomentar la actividad” que antaño se registraba entre esas viviendas y el muelle. “La vocación de este espacio es de paseo fluvial, y la urbanización podría permitir que en el futuro los bares, cafeterías y posibles comercios saquen terrazas hacia el paseo”. Una de las intervenciones propuestas pasa por “completar la vegetación con una plantación de magnolios que den más alegría y vitalidad al paseo”. También se defiende el control de los espacios de aparcamiento, “para que no interrumpan el acercamiento al borde fluvial”.

Zona 4.- En este módulo de actuación, situado entre el club de piragüismo y las piscinas, “aparecen grandes edificaciones de menor valor arquitectónico”. Se propone aquí “un control de las alturas, una defensa de los espacios libres, un control de los materiales y un catálogo de los edificios a proteger”. En el informe se explica que con la urbanización realizada en esta zona a lo largo de los años se formó “una segunda hilera de árboles, y entre ambas se introdujeron la pérgola, las trepadoras, los bancos, piscinas, el club náutico... para dar paso luego al jardín con la escultura y la pequeña plaza hundida, tras la cual la segunda alineación de plátanos desaparece ante las naves industriales”.

Zona 5.- El espacio señalado con el número 5 se corresponde a la plaza del mercado de abastos, “un solar vacío que permitiría definir un espacio de gran valor y al que se añade el eje hacia el almacén de tabaco, por un lado, y hacia la plaza de la iglesia, por otro”.

Zonas 6 y 7.- Estos dos módulos a lo largo del Ulla y la fachada litoral se corresponden a los lugares en los que se asoma la vía férrea y donde se encuentra el Pazo de A Cova. Dice el estudio que “las naves de granito con estructura de madera son un precioso testimonio que sirve de transición entre la plaza y la vía del tren”. Se añade que “en el espacio de transición aparece el gran jardín, el pazo, la alineación de árboles del canal, el ferrocarril, la fábrica Nestlé y el gran codo del río”. Se sitúa aquí la antigua cala, “que supone la aparición del gran jardín de la naturaleza y de la topografía de cotas más altas”.

Zona 8.- Se refiere este módulo al paseo actual y a la fábrica de Nestlé, ésta con “una composición rica y variada” en cuanto a volúmenes y valor arquitectónico. “Una buena iluminación nocturna” convertiría a la fábrica “en una pieza emblemática”, apostilla el estudio.

Zonas 9 y 10.- Estos espacios se refieren a la zona que puede considerarse menos afectada hasta ahora, o más “salvaje”, es decir, el entorno donde finalizan el paseo y el gran muelle, para abrir paso de nuevo al corredor fluvial.

Tres plazas. La transformación de la fachada litoral de Pontecesures abarca un espacio portuario “que se muestra como un recorrido fluvial a través de tres plazas”, correspondientes a las zonas de actuación, 5, 6, 7, 9 y 10. “La primera plaza tiene una vocación muy urbana, casi de plaza mayor, en la que celebran importantes mercados, mientras que la segunda protagoniza un encuentro entre agua, naturaleza, tren y ciudad, por lo que podría acercarse a esos espacios de la naturaleza domesticada tan presentes en la arquitectura gallega de pazos y balnearios”. La tercera plaza “está llamada a ser la gran puerta del río, punto de encuentro de grandes acontecimientos y actividades”.

Borde fluvial.- El borde fluvial “es doble”, dice Portos. “Uno es el que sigue el curso de la piedra, el adoquín, los vehículos y la arquitectura que va adaptando y uniendo los diferentes espacios. El otro borde es el del agua, que tiene una presencia intermitente, creando a cada momento un diferente paisaje, un diferente encuentro con la ciudad”.

Otros elementos. El análisis efectuado como paso previo a la redacción del proyecto habla de “elementos constantes que tienen una gran valor y dan carácter al lugar”. Se trata del puente romano, el muro y sus rampas, la arquitectura popular y las esculturas, pero también “el ocio junto al río, el pavimento de piedra y adoquín, la vegetación y la arquitectura industrial”.

Los objetivos. La actuación de Portos busca la recuperación de paseos, espacios urbanos y puertos, así como un mejor aprovechamiento de toda la fachada portuaria y/o fluvial.