Marzo empieza pidiendo las Tres Gracias al Nazareno

La tradición se volvió a trasladar un año más a San Bartolomé y San Francisco

Devotos pidiendo las Tres Gracias al Nazareno ayer.   | // RAFA VÁZQUEZ

Devotos pidiendo las Tres Gracias al Nazareno ayer. | // RAFA VÁZQUEZ / C. Prieto

C. Prieto

Como cada primer viernes de marzo, los pontevedreses cumplen con el conocido rito de las Tres Gracias. Lo hacen una vez más lejos de la capilla de la calle Tetuán. Por cuarto año consecutivo se decidió que la imagen del Nazareno que allí se encuentra se instalase en la iglesia de San Bartolomé, que está abierta durante todo el día.

La intensa lluvia que está cayendo durante toda la jornada no impidió que muchísimas personas devotas se acercaran a la parroquia situada en la calle Sarmiento, donde aprovecharon también para resguardarse entre chaparrón y chaparrón. Allí, además, se realiza una oración cada diez minutos.

Gran afluencia tiene también el convento de San Francisco, donde se expone otra imagen del Nazareno, con gran devoción en la ciudad.

A pesar de que la normalidad se ha recuperado en prácticamente todos los ámbitos de la vida diaria una vez superada la pandemia de COVID, a las Tres Gracias todavía no le ha llegado su momento de volver a su histórica ubicación en la capilla de la calle Tetuán. Muchas personas lamentaban este primer viernes de marzo que se estuviesen perdiendo las tradiciones, pidiendo que este rito vuelva pronto al lugar del que salió en 2021 por las restricciones sanitarias. Atrás quedan ya las largas colas de gente que se formaban esperando para entrar a venerar al santo, que solían dar incluso la vuelta al Teatro Principal. Este año, además, las obras en el Liceo Casino complican todavía más el tránsito por la calle Tetuán.

Marzo empieza pidiendo las Tres Gracias al Nazareno

Marzo empieza pidiendo las Tres Gracias al Nazareno / C. Prieto

La tradición de las Tres Gracias está relacionada con las tres caídas que sufrió Jesucristo de camino al Calvario. Según la costumbre, los pontevedreses se postran ante la imagen y le rezan para que les conceda tres peticiones, “tres gracias”, que como decían los parroquianos “pueden ser más, dado que la bondad de Dios es ilimitada”.

Fueron muchos los fieles que llevaron velas o exvotos, algunos con la forma de una parte del cuerpo por la que piden a Jesús que les cure alguna enfermedad. Los cirios eran los más vendidos, pero también los exvotos que representan una figura de cuerpo entero tienen bastante demanda. Como complemento a la parte más religiosa, puestos de churros y rosquillas a las puertas de San Bartolomé, para reponer fuerzas o entrar en calor acompañándolos con chocolate caliente.