Los tatuajes, un negocio puntero en la ciudad

Cada vez hay más estudios, que atienden “a gente de todas las edades”

Gala Dacosta

Gala Dacosta

Tatuarse la piel está a la orden del día, y prueba de ello son los múltiples estudios dedicados al body art que han abierto en la ciudad de Pontevedra en la última década.

De hecho, los propios tatuadores lo reconocen: cada vez hay más gente que se tatúa, pero también aumenta la competencia. Sin embargo, no ha sido un fenómeno que ocurrió de la noche a la mañana, sino que fue un proceso largo y complicado. En ese tiempo, la sociedad se ha alejado ya de los estereotipos sobre las personas tatuadas.

En este sentido, los estudios indican que ya está muy superado el estigma. Además, cada vez se comienza antes y se busca “lucirlo, que se vea”. Se lleva de todo, no hay punto medio: desde tatuajes pequeños, de trazo fino, hasta grandes y llenos de color.

Cibrán Boullosa tatuando en su estudio Ice Tattoo.  | // RAFA VÁZQUEZ

Cibrán Boullosa tatuando en su estudio Ice Tattoo. | // RAFA VÁZQUEZ / Gala Dacosta

Además, ya no se da necesariamente un significado al tatuaje: se ha popularizado tanto que es ya una tendencia estética, que no necesita mayor profundidad o explicación: las ganas de tatuarse están ahí y se hace. Como siempre, dependerá de la persona encontrar el significado de su dibujo.

Y en cuanto al perfil de cliente, ¿quién acude más? Pues Pedro Pérez, de Pxa Body Art, dice que todo el mundo. Abrió hace quince años, cuando “todavía no había muchos estudios en Pontevedra”.

Desde hace unos diez años, aproximadamente, reconoce que “se han multiplicado por cinco, entre bajos, centros privados e incluso clínicas estéticas que contrata a tatuadores”.

Pedro Pérez insiste en denominarlo body art porque, efectivamente, es un arte. “Es difícil no dibujar y saber tatuar. Si te falta la faceta creativa, no vas a destacar fácilmente”. En este estudio de tatuajes, cinco artistas conforman el equipo principal, pero su dinámica se enriquece con la rotación de alrededor de 60 tatuadores invitados procedentes de diferentes partes de España. Esta diversidad no solo aporta frescura al ambiente, sino que también brinda a los clientes la oportunidad de elegir entre una amplia gama de estilos y técnicas. Se buscan retratos de seres queridos, iniciales, siluetas, guiños a celebridades, fechas o eventos de la vida, así como frases y símbolos de diferentes culturas.

En cuanto al coste medio de un tatuaje, el rango puede variar significativamente. Por lo general, el gasto mínimo oscila alrededor de los cincuenta euros, pero para diseños más elaborados y grandes, los precios pueden ascender hasta los 600 euros. Esta diferencia se explica por factores como la complejidad del diseño, el tamaño y el estilo deseado por el cliente.

Cibrán Boullosa, propietario de Ice Tattoo, ubicado en la Praza de Barcelos, es reconocido por su versatilidad en la ejecución de tatuajes. Su estudio ofrece desde líneas finas hasta impresionantes obras realistas, tanto en color como en blanco y negro o la técnica black and gray.

Aunque en los últimos años se ha popularizado el trazo fino, especialmente para detalles pequeños, siluetas y firmas, el realismo sigue siendo una opción constante y apreciada por los clientes, según confirman los propios tatuadores. Y además de la creciente demanda de tatuajes, algunos estudios también ofrecen servicios de piercing, aunque esta práctica no constituye la principal fuente de ingresos para estos negocios en la actualidad.

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