La basílica de Santa María encara una rehabilitación integral de su fachada principal y las cubiertas

La Consellería de Cultura destina cerca de medio millón de euros a una primera fase de obras, ya en licitación, para mejorar el templo

Fachada principal de la basílica.

Fachada principal de la basílica. / Gustavo Santos

La basílica de Santa María la Mayor, el templo religioso más emblemático de la ciudad, será sometido en los próximos meses a un exhaustivo plan de rehabilitación exterior que se extenderá a buena parte de sus cubiertas, las cresterías superiores y en especial a su fachada principal, una joya arquitectónica que padece el paso del tiempo y la lluvia y la presencia de pájaros que ensucian sus piedras.

Esta actuación, ya en proceso de licitación, se suma a la restauración que la propia parroquia lleva a cabo del Cristo del Buen Viaje, ubicado en la entrada lateral de la basílica.

La Consellería de Cultura destina 470.000 euros para una primera fase de obras en el templo pontevedrés, del siglo XVI y Bien de Interés Cultural desde 1931, donde, según la documentación técnica, se realizarán las siguientes actuaciones: “Restauración completa de la crestería y de la fachada de Cornelis de Holanda; Renovación de la cubierta y mejora del sistema de evacuación de aguas pluviales de la zona de la cabecera; Impermeabilización de los canalones; Arreglo de las carpinterías; Limpieza del ábside; y Reparación de los paramentos interiores, dañados por la humedad”.

Los redactores del proyecto ponen de manifiesto “la magnífica portada de estilo plateresco, a modo de tapiz, enmarcada entre dos contrafuertes. Se estructura en tres calles entre columnas de tres órdenes superpuestos en los que se intercalan escenas casi de medio bulto. Destaca la fina labra de las figuras y motivos decorativos. Resaltan entre los grupos escultóricos el de la asunción de la Virgen y el del Tránsito”. Recuerdan además que “el templo fue construido por el Gremio de los Mareantes y fue la primera parroquia históricamente de la ciudad, de la que sigue siendo templo de referencia”.

En términos generales, se ha detectado que las cubiertas “en las que no se intervino en el año 2020 presentan las mismas deficiencias que en la intervención anterior fueron subsanadas para la nave central y naves laterales del templo”. Citan “varias lesiones distintas que a su vez se encadenan. Aparecen tejas desplazadas y rotas. Se detecta en el faldón norte de la cabecera una pendiente insuficiente para correcto funcionamiento de la solución constructiva existente. En cuanto a los canalones de esta cubierta de la nave central se observa que, tanto por su escasa dimensión, como por el material que los componen resultan ser ineficaces para la capacidad de agua soportada”.

Por su parte, las deficiencias en la fachada se concentran en la “proliferación de vegetación y hongos con mayor presencia de ella en lugares donde actúa la escorrentía de aguas”. Entre otras medidas, se realizara una “limpieza de muros de piedra consistente en cepillado manual y tratamiento biocida y fungicida, para la destrucción y prevención de proliferación de vegetación, algas y microorganismos sobre fachadas, cantos y coronación de muros”.

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