Isolina Picáns | Alergóloga

“Parece que cuanto antes se introduzca la alimentación en niños menos probabilidad de alergias”

“Antes a los pacientes solo les decías no coma esto, ahora hay vacunas que con dosis orales diarias van disminuyendo la alergia”, afirma

La alergóloga Isolina Picáns, en su consulta.

La alergóloga Isolina Picáns, en su consulta. / GUSTAVO SANTOS

Moho, ácaros, polen, pelo de animales, picaduras de insectos, fragancias, alimentos… Miles de vecinos del área sanitaria han desarrollado hipersensibilidad a sustancias que para la gran mayoría resultan inocuas. No se trata además de una incidencia puntual, sino que la Sociedad Española Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) alerta de que entre 2040 y 2050 el 50% de la población padecerá, en algún momento de su vida, alguna enfermedad alérgica.

–¿Es Pontevedra una ciudad especialmente afectada por estos problemas de salud?

–Depende de a qué nos refiramos. En principio es una ciudad muy problemática para pacientes con alergia a ácaros del polvo, porque es muy húmeda y con temperaturas intermedias prácticamente todo el año, que son los escenarios que facilitan el crecimiento de ácaros. Y después en el tema de la alergia primaveral depende, como en toda Galicia, del tiempo atmosférico que haga en primavera, si llueve o hace sol etc. Pero Pontevedra es más bien problemática en ácaros que en pólenes.

–¿Cómo se presenta esta nueva temporada de pólenes?

–Es un poco sacar la bola de cristal (sonríe). En general en la radio y en la tele se habla mucho de este tema pero se refieren muchas veces al centro de España, y ahí influye mucho lo que llueve antes de la primavera, porque si no llueve después no hay hierba. Pero aquí llueve siempre, es muy raro que no llueva antes de la primavera, entonces depende más del tiempo que haga durante la temporada. Si por ejemplo en los meses de primavera y principios de verano hace buen tiempo, entonces hay mucho polen ambiental. Aquí lo que ocurre es que en primavera llueve mucho, muy a menudo, entonces limpia el polen, digamos que lo lleva al suelo, con lo cual sus niveles no suelen subir tantísimo como por ejemplo en el centro de España.

–Se señala con alarma al constante al incremento de las intolerancias y alergias alimentarias…

–No son lo mismo, por ejemplo en el caso que se habló recientemente de una chica que murió en la prensa se decía que tenía intolerancia a la lactosa y lo que tenía era alergia a las proteínas de la leche de vaca, que es muy distinto. La alergia es por un mecanismo inmunológico, y la intolerancia es un problema digestivo, de deficiencia en la digestión de los azúcares. La alergia alimentaria sí está aumentando.

–¿A qué lo atribuyen?

–No se sabe muy bien por qué aumenta, puede ser por la exposición de los alimentos a los pesticidas, por la contaminación ambiental; también por la introducción muy tardía de la alimentación en los niños. Se pensó hasta ahora que la introducción tardía, al año, de pescado, frutos secos era mejor para evitar la alergia y ahora parece que es al revés por completo, que cuanto antes se introduzcan menos probabilidad de que se desarrolle alergia. Entonces es multifactorial, la causa en sí no se conoce. Hay diferentes factores, como los que acabo de explicar, que pueden digamos darnos una idea de lo que está ocurriendo. Pero lo que está claro es que está aumentando, eso sí.

–¿Podemos hacer algo para prevenir las alergias o tienen esencialmente un componente genético?

–Tienen una base genética, pero dependiendo de los factores ambientales a los que te expongas puedes desarrollarla o no. De hecho es mucho más frecuente la alergia en hijos de padres alérgicos que en niños que no tienen antecedentes de alergia. Pero tampoco es imposible, si te expones mucho a pólenes, por ejemplo, la probabilidad de que desarrolles alergia es mayor que si no tienes exposición. Es más bien un tema genético y, a la vez, influenciado por las condiciones ambientales.

–¿Disponemos de nuevos tratamientos?

–Cuando tienes alergia se produce una reacción inmunológica que da lugar a inflamación de la vía respiratoria, de modo que en la alergia respiratoria, que es la que se consulta más habitualmente, tenemos una parte del tratamiento que es sintomático. Esto quiere decir que estás tomando la medicación como antihistamínico, el espray de la nariz, el inhalador… Que te quita la inflamación, pero no te quita la alergia. La alergia es un problema derivado de que tu sistema inmunológico está atacando a sustancias, que son proteínas en general de ácaros, pólenes etc, algo que no debería hacer, porque debería enfrentarlo como algo inocuo, que es lo que es en realidad. Sin embargo se “equivoca”, por decirlo de algún modo, y ataca a estos productos cuando entran en las vías respiratorias. Eso produce inflamación, y con la medicación habitual que todo el mundo conoce estamos tratando la inflamación, pero la alteración inmunológica permanece, de manera que cuando suspendes ese tratamiento estás como estabas al principio.

–¿No pueden tratarse más allá de los síntomas?

–Ahí es donde actúan las vacunas, que se ponen cada mes etc, dependiendo de cada una de ellas. Y lo que hacen es disminuir esa respuesta anormal del sistema inmunológico. Y a la larga es lo único que realmente está tratando la causa. Con los medicamentos habituales tratamos la inflamación pero con las vacunas tratamos la causa, que es la alergia.

–¿Se combinan ambos tratamientos?

–De hecho son complementarios, no es decir “ponemos las vacunas y ya no ponemos los antihistamínicos o los esprays nasales”, sino que son complementarios.

–¿Hay avances en el caso de las alergias alimentarias?

–Lo último que se está haciendo es, por una parte, vacunas orales para ciertas proteínas vegetales, para ir acostumbrando al paciente a que no le haga tanto daño después cuando lo vaya a comer. Y muchas veces desaparece la alergia. Y otra forma de hacerlo es lo que llamamos inducción de tolerancia oral… La alergia respiratoria está muy estudiada y hay muchas vacunas, cada vez salen nuevas, mejores vacunas y potentes, y en el caso de la alergia alimentaria antes a un paciente solo le decías no coma usted esto. Sin embargo ahora hay vacunas que dando dosis diarias orales del medicamento van disminuyendo la alergia, de modo que al final el paciente puede acabar comiendo melocotón, por ejemplo, como otra persona que no hubiese tenido alergia. Eso me parece novedoso, y también lo mismo se está haciendo sobre todo en niños, con otros productos que tienen leche o huevo, entonces ir poco a poco dándoselo para que se acostumbre y el cuerpo no reaccione cuando lo coman.

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