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La Justicia inicia el trámite para dar por muerto a “Pelopincho”, el narco desaparecido en 2010 con su socio

Se cree que José Antonio Pouso Rivas fue víctima del último gran ajuste de cuentas del narcotráfico gallego, junto al pontevedrés Villaverde Amil

Todo el rastro que dejaron Villaverde Amil y Pouso Rivas fue un coche calcinado en Brión. | // FDV

Un juzgado de Padrón inició a finales de diciembre pasado los trámites para declarar como oficialmente fallecido a José Antonio Pouso Rivas, más conocido como “Pelopincho”, un histórico narcotraficante arousano sobre el que han corrido ríos de tinta principalmente por dos cuestiones: A él se le atribuye una de las mayores redes de blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas desarticuladas en Galicia a principios de este siglo, en la “Operación Cormorán”. En segundo lugar, él sea muy probablemente una de las dos víctimas del último gran ajuste de cuentas del narcotráfico gallego ocurrido en 2010.

Desde el 19 de noviembre de ese año no se tienen noticias de su paradero. Se desvaneció sin dejar rastro junto al que las Fuerzas de Seguridad creen que era su socio, el pontevedrés vecino de Monte Porreiro, Bernardo Villaverde Amil, para quien el juzgado también tramitó una declaración de ausencia legal en enero de 2017. Cumplidos diez años de la desaparición, sus allegados pueden solicitar ya al juzgado la declaración de fallecimiento.

El juzgado de Padrón, última residencia conocida del narcotraficante, ha abierto un expediente a petición de la que era pareja de Pouso Rivas cuando su rastro se desvaneció

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Justo esto es lo que ha hecho quien era la pareja de Pouso Rivas en el momento de su desaparición. T. D. S.O., la misma que presentó denuncia ante la Guardia Civil cuando “Pelopincho” se desvaneció sin dejar rastro en 2010. Esta mujer pide al juzgado de Padrón, el último municipio en el que tenía fijada su residencia Pouso Rivas, que lo declare oficialmente muerto. El órgano ha abierto un proceso de exposición pública y ha fijado fecha para una vista tras la cual se declarará su fallecimiento, si nadie aporta nuevos datos sobre su paradero.

Transporte fallido de hachís

Los miembros de las fuerzas de seguridad consultados dan por seguro que esto no sucederá y es que la hipótesis que barajan es que “Pelopincho” y Villaverde Amil están muertos desde hace diez años. Creen que ambos fueron quienes pagaron los platos rotos por el narcotransporte fallido de entre tres y cuatro toneladas de hachís a bordo del “Garbi III”, un buque que se hundió en pleno temporal frente a las costas de Portugal y, junto a él, el valioso cargamento que se cree que podría ser propiedad de un grupo de narcotraficantes marroquíes. El hundimiento se produjo el 15 de noviembre de 2010, apenas tres días antes de que varios arousanos, entre ellos alguno de los implicados en el narcotransporte, acudieran a la casa de Villaverde Amil en Monte Porreiro para recogerlo y partir en dirección hacia Santiago y la Costa da Morte, en donde se le pierde el rastro.

Las fuerzas de seguridad sospechan que Pouso Rivas y Villaverde Amil pagaron los "platos rotos" ante las mafias marroquíes por la pérdida de un alijo de entre tres y cuatro mil kilos de hachís que se hundió en el océano

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Se cree que en uno de aquellos coches en los que recogieron a Villaverde Amil también viajaba su jefe y socio, “Pelopincho”; pero nunca se pudo demostrar.

Todo el rastro que dejaron atrás fue el Volkswagen Beetle en el que viajaba Villaverde Amil que apareció calcinado en un monte de Brión, pero nunca nada más supo ni de este vecino de Monte Porreiro ni de Pouso Rivas.

Aquel oscuro episodio dio lugar a dos juicios. El primero por el transporte del alijo de hachís a bordo del “Garbi III”, que terminó con la condena de dos gallegos y dos marroquíes por aquellos hechos y, según el escrito del fiscal, quedó constatada la intervención de Pouso Rivas y Villaverde Amil en aquellos hechos.

El segundo proceso judicial tuvo como objetivo dilucidar si cuatro arousanos (entre ellos uno de los condenados por el alijo del “Garbi III”) eran los responsables de la desaparición de Villaverde Amil, tras recogerlo en su casa de Monte Porreiro aquel 19 de noviembre de 2010. De “Pelopincho” nada se decía entonces, puesto que nunca se pudo probar que los acompañase, aunque la Policía Nacional y la Fiscalía no tiene dudas de que fue así. El proceso acabó con la absolución de los tres arousanos acusados por falta de pruebas.

Así las cosas, más allá de las hipótesis policiales (las Fuerzas de Seguridad sospechan que ambos tuvieron que responder ante los dueños de la droga por la pérdida del alijo en medio del mar); lo cierto es que nada más se supo nunca del paradero de “Pelopincho” ni de Villaverde Amil.

Patrimonio de 15 millones

Nacido en Riveira, José Antonio Pouso Rivas llegó a amasar un gran patrimonio derivado del tráfico de drogas. Aquella fortuna escondida salió a la luz gracias a la “Operación Cormorán” en el año 2005. En total, el juzgado de Caldas y la Fiscalía se incautaron de un patrimonio valorado en unos 15 millones de euros entre dinero, vehículos, propiedades inmobiliarias en toda Galicia e incluso obras de arte que acabó en manos del Estado.

El juicio por aquellos hechos se celebró en 2011, ya con Pouso Rivas desaparecido, y acabó con la condena a un total de 30 procesados por actuar como testaferros del narcotraficante. Entre ellos, con una pena mínima de seis meses de cárcel por blanqueo por imprudencia al jugar un papel tangencial en los hechos, la mujer y última pareja de Pouso Rivas quien ahora solicita que se declare el fallecimiento del riveirense por parte del juzgado de Padrón.

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