La Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra albergó ayer la continuación del juicio contra cuatro personas (una quinta se encuentra en rebeldía) por el alijo de 4.000 kilos de hachís que viajaba, según la Policía Nacional, a bordo del buque pesquero "Garbi III" y que se perdió en su práctica totalidad en un naufragio en la costa de Portugal.

Una operación de transporte de droga que salió mal y que coincidió con la desaparición días más tarde de dos de las personas implicadas en aquel alijo, el narco riveirense José Antonio Pouso Rivas y el pontevedrés José Bernardo Villaverde Amil.

Buena parte de la mañana de ayer se dedicó a escuchar la declaración de uno de los agentes del Greco-Galicia que lideró aquella investigación. El policía insistió en que los contactos que mantenía uno de los acusados Manuel S. F., alías "Machucho", con el resto de los acusados; así como sus reiterados viajes al sur de España y a Marruecos tenían como objetivo la organización de este transporte de droga por mar. En la primera jornada del juicio, Manuel S. F., negó esta acusación y aseguró que aquellos viajes estaban relacionados con sus negocios en invernaderos, marisquero y la exportación de miel.

El agente aseguró que la investigación constató los contactos de "Machucho" con el desaparecido Villaverde Amil, a quien atribuye un papel destacado en la organización, por ejemplo, para adquirir el buque, el "Garbi III" en el País Vasco. Gracias al testimonio recabado en Portugal de uno de los tripulante del buque hundido, pudieron reconstruir su singladura desde Euskadi a Galicia, posteriormente hasta el Estrecho en un primer intento frustrado de alijar la droga al no encontrar al buque nodriza en las coordenadas establecidas. Tras un parón por el Ramadán, y un encuentro entre varios de los implicados, Villaverde y "Pelopincho", se produjo finalmente un segundo intento en el que sí hubo trasvase del alijo del hachís al "Garbi III" pero el buque acabó naufragando ante las costas portuguesas en su camino hacia Galicia.