"Mi mayor condena es mi propia conciencia por lo que provoqué", dijo en su alegato final la mujer acusada de plantarle fuego a la casa familiar con sus padres dentro. En el juicio celebrado este jueves en la Audiencia de Pontevedra, la acusada M.L.S.G., reconoció los hechos, pidió perdón y se comprometió a abonar los 900 euros que le restan por la responsabilidad civil del incendio. Así, en un acuerdo de conformidad entre las partes, la fiscal rebajó la petición de pena inicial de 20 años de cárcel a 10 años. También propone que se le levante la prohibición de comunicarse con su madre (su padre ya ha fallecido) porque esta le ha perdonado.

Su abogado alegó además que M.L.S.G. sufría una "profunda depresión" cuando sucedieron los hechos y que desde el primer momento se arrepintió de lo que hizo y, de hecho, fue ella misma quien alertó a la Guardia Civil y se inculpó desde el primer momento.

Esta vecina de Cambados plantó fuego en la casa familiar de la parroquia de Corvillón en la que residía con sus padres, en un momento en el que estos estaban dentro.

Los hechos sucedieron durante la madrugada del 30 de julio de 2019. Sobre las 6.30 horas, la mujer prendió fuego en dos partes de la casa, en su habitación (que estaba llena de papeles y ropa), y en una zona de la planta baja donde había leña y un colchón. Después se marchó.

Los padres, que estaban durmiendo en el momento de los hechos, se despertaron, y tras ver que la casa estaba ardiendo empezaron a buscar a su hija por el inmueble. Poco después, llegaron unos vecinos para ayudarles, y los sacaron de la casa. Lograron salir a tiempo, y no sufrieron daños físicos en el incendio. Posteriormente fueron alojados en una residencia.

Poco antes de las nueve de la mañana, la mujer se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Cambados, y confesó los hechos. Desde entonces, permanece en prisión.