El área sanitaria de Pontevedra y O Salnés se encuentra, al igual que Galicia, en una etapa de "meseta" en relación a la curva de casos activos: estos bajan, pero lo hacen de una forma mucho menos pronunciada que hasta ahora y con puntales subidas. Hoy el número de infecciones se sitúa en las 209, seis menos de las comunicadas ayer, tras sumar 10 nuevos positivos.

En cuanto a la presión hospitalaria, los centros del área mantienen ingresados a 17 pacientes COVID-19: cuatro en UCI y 13 en plantas de hospitalización (12 en el CHOP y uno en el Hospital do Salnés). Con esta cifra, el área se mantiene en el nivel más bajo del plan de contingencia y con la actividad quirúrgica ya recuperada.

La preocupación de Sanidade se centra ahora el municipio de Sanxenxo, en donde en la última semana su incidencia acumulada (IA) a siete días pasó de 45 casos por 100.000 habitantes a 137. Este incremento de casos (de 8 a 28) llevó ayer al Comité Clínico a recomendar elevar el nivel de alerta al alto, una medida que implica más restricciones en hostelería y alojamientos turísticos para evitar que la situación se desborde en Semana Santa. Así lo explicó esta mañana el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ya que la fuerte subida en un concello turístico "lleva a pensar que si no hacemos nada estaremos por encima de los 250 casos en una semana".