Una concentración frente al centro de salud de Marín puso ayer el acento en la necesidad de tener una "sanidad pública de calidad y atención presencial", reducida drásticamente tras la crisis sanitaria del Covid-19.

Los asistentes a la protesta, convocada por el BNG, denunciaron el cierre de consultorios, disminución de pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en los hospitales frente a la apuesta del Sergas por pasar consulta vía teléfono.

"Las consecuencias son desastrosas ya que el personal sanitario es escaso y está trabajando al límite con la consecuencia de listas de esperas de semanas, incluso para consultas telefónicas. Personas con dolencias crónicas como diabetes, hipertensión o cardiopatías no están recibiendo la atención presencial que necesitan", destacaron desde el grupo nacionalista, que denunció las largas colas a la intemperie que se forman a las puertas del centro sanitario para acceder, respetando las distancias de seguridad.

Desde el BNG pidieron incrementar la plantilla del centro de salud, así como aumentar los presupuestos destinados a la Atención Primaria, hasta un 25%. Además, el grupo llama a una nueva protesta el próximo 29 de octubre.