Tras el parón festivo y días previos de baja actividad, el Mercado vivió ayer una concurrida jornada en la que se repitieron las colas casi desde primera hora. Así, antes de las 10 los clientes ya tenían que esperar en la calle para acceder a la plaza, una imagen que también se produjo en algunos supermercados a lo largo de la mañana.

Los compradores hicieron cola espaciados a lo largo de la calle César Boente y en general la mayoría atiende a las recomendaciones de mantener la distancia social y utilizar protectores para minimizar posibles contagios de Covid-19.

La Policía Local acudió a lo largo de la mañana para comprobar que no se producían aglomeraciones y se cumplía con las exigencias de acceso al Mercado.

Las vendedoras reiteraron su petición de que haya una reorganización de la circulación interior para que se eviten "aglomeraciones que en realidad solo se producen en un punto determinado", indican.

Por su parte, la mayoría de los clientes se declaran habituales y, aún incomodados por la espera, aseguran que "no son muchos minutos" y comprender los inconvenientes, a cambio "de comprar buen producto y también de dar una vuelta, por qué no decirlo", reconocía una de las clientas a la cola.

Mientras ella esperaba, varios corredores y paseantes también contribuían a la imagen de actividad del Mercado, prácticamente congelada estos días de confinamiento.