"Só o falamos dúas ducias. Ao morrer eu e os da miña quinta acabouse". Clementina Ozores, vecina de Tomiño, es una de las pocas personas en el mundo que habla el goianés, una forma dialectal del gallego que se produjo en esta pequeña zona de Tomiño, donde fue un día hegemónica, y que es todo un misterio: en nuestro sistema lingüístico no hay esos giros ni lexemas que recuerdan al bable y tampoco hay otra variedad con una localización geográfica tan específica.

Clementina Ozores es un ejemplo de lo que conocemos como tesoro humano vivo, un concepto acuñado en 1950 en Japón para describir a aquellas persona que encarnan valores culturales intangibles y, en el caso de Galicia, a punto de extinguirse, y que da nombre al nuevo proyecto de la Diputación.

Se trata de un plan de recuperación y puesta en valor de la memoria cultural que conservan vecinos a uno y otro lado del Miño, leyendas, artes de pesca, labores de conservación de los alimentos o prácticas como las brandas, migraciones temporales en Castro Laboreiro, en la Serra do Gerês.

La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, encabezó ayer la presentación de "Os Tesouros Humanos Vivos", un proyecto que desarrollará la Asociación Ponte... nas Ondas! y en cuyo debut también participaron la diputada de Patrimonio, María Ortega, y responsable provincial de Cooperación Transfronteiriza Uxío Benítez.

Éste incidió en que el proyecto es uno de los "más bonitos y simbólicos" del proyecto Smart Miño que desarrolla la Diputación con fondos europeos, con el objetivo de documentar conocimientos intangibles que "son la base de nuestra cultura y nuestra identidad", ponerlos en valor y transmitirlos a las siguientes generaciones para evitar su desaparición.

Durante más de un año Ponte... nas Ondas! llevó a cabo un trabajo de campo y entrevistó a unas 15 personas del territorio miñoto que conservan este tipo de conocimientos. Xerardo Feijoo explicó el patrimonio que atesoran "no reside en ningún lugar más que en la cabeza de las personas" en una zona geográfica comprendida entre Arbo y A Guarda. "Cuando esa gente muera va a desaparecer, el mundo cambio tanto en 30 años que no hay garantías" de recambio generacional, lamentó.

Se trata de sabidurías diversas (formas musicales tradicionales, prácticas vinculadas al ahumado de la solla, un pescado estacional, o juegos tradicionales prácticamente desaparecidos), que una vez documentadas y digitalizadas se pondrán a disposición de las comunidades escolares.

Así, está prevista la edición de un libro infantil, actividades de divulgación y lúdicas en los centros educativos y un acto de reconocimiento a los protagonistas de este trabajo que, más allá de documentar tradiciones, pone de manifiesto que Portugal y Galicia "están unidos por la lengua, la cultura y la emoción", señaló María Ortega.

El patrimonio es un tesoro que nos hace "únicos, diferentes y diversos en un mundo global", recordó la presidenta provincial antes de incidir en que "la gente inteligente preserva lo que fue, su pasado, para proyectar ideas y acciones para su futuro".