-¿Cuáles han sido sus principales apoyos durante todo este proceso?

-Para mí entrar en Asearpo fue una maravilla porque me facilitó conocer a la enfermedad y también a mí misma. La asociación posibilita el acceso a la información, a los reumatólogos y a otros especialistas, como pueden ser los nutricionistas u oftalmólogos, que te aconsejan sobre cuestiones que ni siquiera pensabas que estaban relacionadas con la artritis. Por otra parte, es fundamental rodearse de buenos amigos y apoyarse en la familia. Para mí, ambos fueron y son unos pilares básicos, porque aunque el dolor sea constante, te animan a salir de casa, algo que de otra manera probablemente no harías, ya que si te acostumbras al dolor y a quedarte en casa, después es muy difícil que remontes.

-¿Diría que en la sociedad hay falta de información sobre esta dolencia?

-Sí, la sociedad desconoce la enfermedad y como por fuera te ven "normal", no se dan cuenta. No saben que, para tu cuerpo, por ejemplo, el hecho de coger un plato supone que ese mismo plato multiplique su peso por diez.

-¿Qué consejo le daría a una persona recién diagnosticada de artritis?

-Sin duda alguna, acudir a la asociación, porque es el lugar en el que va a encontrar apoyo y también la información necesaria para aprender a convivir con ella, que es lo más importante para seguir adelante.