La Fiscalía Provincial reiteró ayer su petición de condena de cinco años de prisión por un delito de abusos continuado a una menor de edad contra un vecino de Pontevedra acusado de someter a tocamientos y besar en la boca a una niña cuando esta tenía entre cinco y once años, aproximadamente.

La fiscal del caso mantuvo su petición de condena a pesar de las "vaguedades" en el testimonio de la víctima, una situación que la psicóloga que la acompañaba atribuyó a un "bloqueo" por parte de la menor. El juicio quedó visto para sentencia tras celebrarse en la mañana de ayer la vista oral en la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra.

Pese a este "bloqueo", la menor sí pudo relatar algún supuesto episodio de abusos. El que expuso con más detalle fue uno que supuestamente se produjo cuando la niña regresaba con la familia del acusado (eran vecinos y existía una relación muy estrecha entre todos ellos, casi familiar) de las fiestas en Marín.

Asegura que ese día se quedó a dormir en casa del acusado y que en un momento dado el procesado entró en su habitación y la besó en la boca, siendo sorprendido por su esposa con quien habría discutido después sobre estos hechos.

"Ante todo soy una mujer"

La menor indicó en sus declaraciones que la mujer del acusado le propuso que guardara silencio sobre lo ocurrido y le prometió que no iba a suceder más, a lo que ella accedió. La mujer del acusado declaró ayer también como testigo negando estos hechos y mostrando una total confianza en la versión que le ofreció su marido rechazando cualquier tipo de abusos. Aseguró que nunca ocultaría un comportamiento de ese tipo por parte de su esposo dado que "ante todo, soy mujer". En el juicio celebrado ayer en la Audiencia de Pontevedra no se pudo escuchar la versión de los hechos del acusado, dado que se acogió a su derecho a no declarar, rechazando eso sí las acusaciones que se formulan en su contra.

Más vagamente, la menor indicó que hubo otros episodios de "tocamientos" en los pechos en las cuadras en casa de la madre del acusado, siempre por encima de la ropa, aunque no pudo precisar mucho más respondiendo al fiscal únicamente que "podía ser" o que no recordaba muy bien lo ocurrido. De hecho, fue necesario parar un momento el juicio para que la declaración de la menor pudiera continuar.

Finalmente, la víctima afirma que se decidió a denunciar los hechos tras una discusión con su hermana en la que le confesó que ella también habría sido víctima de abusos por parte del acusado. Primero se lo contó a la hermana del sospechoso, con quien matenía una relación casi de "hermana mayor", y esta le recomendó que se lo contase a su psicóloga.

Así ocurrió. Esta sicóloga declaró como testigo indicando que primero la adolescente le relató los supuestos abusos que sufrió y que, en la siguiente sesión, acudió acompañada de la hermana del acusado, "que a mí me dijo que sí se creía lo que le estaba contando" la víctima. En su declaración, la hermana del procesado sí reconoció que la adolescente le relató estos supuestos episodios de abusos y que acudió con ella a la psicóloga, pero insistió en que nunca dio crédito a este relato, al contrario de lo que señaló la profesional. De hecho, negó que la niña se quedara en casa de su hermano cuando regresaban de las fiestas dado que "era yo la que respondía de las niñas ante sus padres".

Contradicciones

El testimonio de la hermana del acusado fue uno de los argumentos a los que se agarró la Fiscalía para mantener sin cambios su acusación, dado que resaltó una contradicción de esta mujer con respecto a lo declarado en dos ocasiones en fase de instrucción. Entonces, la hermana del procesado había reconocido en sede judicial que su hermano le confesó que en el pasado mantuvo "una relación" con la niña. Ayer rectificó y aseguró que lo cierto es que fue la menor quien le dijo que había mantenido "una relación" con su hermano.

Por último, declaró como testigo la madre del acusado, quien entre llantos aseguró que siempre tuvo a la víctima y a su hermana "como dos nietas" y que igual se enemistaron con ella porque un día les reprochó que trataran mal a sus padres. Dijo que el juicio a su hijo era "una injusticia".

Los peritos que evaluaron a la víctima encontraron daño psicológico en ella, aunque ven posible que pueda aparecer en el futuro. A preguntas de la acusación que ejerce la Xunta contestaron afirmativamente a que el relato de la niña puede ser verdad.

La defensa solicita la libre absolución al entender que hay "tremendas contradicciones" en el relato de la menor y destacó que "no hay ni un solo dato corroborador" que permita probar las tesis de las acusaciones. Además, señala que los delitos estarían prescritos.