A lo largo de la sesión del juicio también salió a relucir la famosa póliza de seguro por accidente en viaje que habían contratado a raíz de un desplazamiento que habían realizado a Hawai. La póliza estaba a punto de vencer el plazo en el que estaba en vigor y hacía beneficiario al cónyuge en caso de muerte accidental del otro.

El acusado dijo en el juicio que sospechaba de que su mujer quería que él sufriese "algún tipo de accidente" ya en aquel viaje con su familia a Hawai, por la insistencia de la mujer en practicar montañismo a pesar de su edad (el tiene 58 años por 29 tan solo de ella). "Me obligó a subir tres montañas", explicó, a pesar de las pegas que él le ponía por sus problemas cardíacos. De hecho, asegura que él le llegó a decir a su cuñada "medio en broma", que "parece que tu hermana me quiere matar". Ella niega los hechos y afirma que él se encontraba perfectamente para realizar aquellos recorridos de senderismo por la isla.

Al contrario, la mujer aseguró desconocer la existencia de esa póliza con un seguro de vida y de hecho negó que la firma que está estampada en esa documentación fuera la suya. La Policía ya señaló también a esa póliza como posible móvil por parte del acusado para intentar acabar con la vida de su esposa, algo que él niega.

"No puedo ir sola al baño"

Durante el juicio celebrado ayer, la víctima también explicó que todavía padece secuelas físicas y, sobre todo, psíquicas, por aquellos hechos. Relató a la defensa las múltiples cicatrices que tiene bajo el cuero cabelludo por aquellos hechos. También indicó los episodios de ansiedad que padece: "Me quedé mucho tiempo en casa de mi padre y no conseguía durante mucho tiempo ir al baño sola".

La defensa del acusado pide su absolución y puso en duda la versión de la mujer recalcando, además, el hecho de que un hombre como su cliente, que fue militar y miembro de "operaciones especiales", como él reconoció, solo haya causado lesiones que mantuvieron a la vícitma un día en el hospital si es que tenía ánimo de matarla.