Desde que recibió la notificación de denegación de la beca Marian Baltar, madre de un niño con TDHA, ha comenzado a librar una particular batalla para recuperar lo que considera que es un derecho.

Dispone de informes, médicos y del colegio, que avalan tanto el número de sesiones que necesita el menor como la imposibilidad tanto del centro escolar como de los profesionales sanitarios, de ofrecérselas.

Con todo el papeleo se fue a Inspección de Educación, para reclamar la beca que, en su caso, garantiza la terapia del menor. "La evolución de mi hijo es espectacular. Podríamos decir que hoy en día no se aprecia diferencia entre él y otro niño que no padezca TDHA. Pero sé que si interrumpo la terapia el niño retrocede y no lo voy a permitir".

A Marian Baltar no le asusta tramitar la discapacidad para su hijo menor. "Me preocupa mucho más loque ocurrirá si no continuamos un tratamiento cuyos resultados son palpables. Que recorten en otras cosas, no en becas imprescindibles".