Pequeños insultos, malos entendidos e incluso algún uso inadecuado de redes sociales son las principales causas de conflictividad que acaban en el departamento de Mediación. En la mayoría de los casos los protagonistas no son conscientes de la repercusión de sus actos ni del daño que pueden causar en sus compañeros. "Ayudarles a reflexionar es parte de nuestro trabajo. De ahí la importancia de la formación que recibimos, porque el objetivo es que el que insulta sea consciente de que puede estar molestando a otro compañero y deponer esa actitud de forma permanente". Y lo mismo ocurre con el acoso. "Les ayudamos a identificar actitudes y a gestionar cualquier emoción que derive en una reacción inapropiada".