Es una de las pruebas claves del juicio del conocido como doble crimen de Arbo. Y por ello no fue de extrañar que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra dedicase toda la jornada de ayer casi en exclusiva a la exposición de los dos informes elaborados sobre las localizaciones de los teléfonos móviles del acusado, Arturo Domínguez; y de las dos víctimas, Beatriz Fernández y Sergio Fernández; aquella madrugada del 2 al 3 de julio de 2015 cuando se produjeron los hechos.

El jurado popular pudo escuchar las explicaciones de los agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil que elaboraron un primer informe sobre los repetidores de telefonía que activaron aquella madrugada los móviles de los tres implicados, las dos víctimas y su supuesto verdugo. Los agentes fueron claros y contundentes al asegurar que Arturo Domínguez "miente" cuando afirma que estuvo en su domicilio desde las dos a las seis de la madrugada aquella madrugada de forma ininterrupida, y concretamente aseguran de forma categórica que no estuvo en su casa de Padrenda entre las 2:24 horas y las 3:12 de la madrugada, un marco temporal que además es compatible con el momento en el que se pudo producir la muerte por disparos de escopeta de los dos novios, dado que los forenses la situaron el fallecimiento entre la medianoche y las cuatro de la madrugada.

"No estaba en su casa como él dice", insisten los agentes, y sustentan esta conclusión en el hecho de que en ese intervalo de tiempo el móvil de Arturo activa repetidores de telefonía, precisamente, de la zona de Arbo, en un amplio espacio de territorio al que dan servicio los repetidores del lugar en el que se produjo el crimen.

No es el único detalle inculpatorio obtenido por los agentes de los datos facilitados por las compañías telefónicas sobre la actividad de los móviles esa madrugada. La Guardia Civil sospecha que una vez que disparó a su expareja y al novio de esta, Arturo Domínguez se llevó del lugar del crimen el bolso y el teléfono de Beatriz, que nunca pudieron ser localizados. Curiosamente, los agentes explican que el móvil de Beatriz registró una conexión cuando ella ya estaba muerta, a las 5.13 horas, que activó un repetidor que da cobertura a la zona en la que se encuentra la vivienda del acusado en el municipio de Padrenda, Ourense. Un momento en el que el teléfono del acusado también registra conexiones con estas mismas antenas que dan servicio a la zona en la que él reside.

El teléfono de Sergio, que sí apareció en el lugar del crimen, se conectó siempre a la misma antena repetidora de Arbo dado que "nunca se movió de allí".

Defensa

En una declaración conjunta con los expertos de la Guardia Civil también intervino un perito aportado por la defensa, un ingeniero de telecomunicaciones que intentó rebatir las conclusiones tan categóricas de la Guardia Civil: "Me llama la atención que digan que sin lugar a dudas el acusado no podía estar en su casa cuando se produjeron esas conexiones", aseguró. Recordó que al día siguiente, cuando Arturo se encontraba en el cuartel, su teléfono mostró conexiones con repetidores situados a 17 kilómetros de distancia, una distancia inferior a la que hay desde su domicilio a determinados repetidores que dan servicio a la zona en la que se encontraron los cadáveres. "Creo que no se puede concluir fehacientemente que este hombre no estaba en su casa", insistió.

El juicio continuará hoy con nuevas declaraciones policiales y, si es posible, las conclusiones definitivas de cada una de las partes.