Asegura que al frustrarse el primer plan del barco, con la indignación de haber perdido los primeros 60.000 euros, "Orbáiz llama a alguien para quedar en Benavente al día siguiente y me lleva con él para hablar con un tal Wilson, colombiano".

En la reunión, asegura O Mulo en su declaración "le explicamos lo que pasa con el barco y Wilson se apartó un poco, llamó a alguien, para exigirnos luego que el del barco devuelva el dinero a Orbáiz y que queda de momento todo aplazado hasta encontrar nueva embarcación".

Al regreso, añade Bugallo "quedé con el del barco para exponer lo que dijo el tal Wilson" al tiempo que Orbáiz le reclama la devolución del dinero.

En dicha conversación, asegura en el texto manuscrito "el del barco me dice que ya no tiene el dinero, que lo gastó en el arreglo de la embarcación y en la gasolina y después de tener una fuerte discusión por (?.) Me propone que si seguíamos con el trabajo él pagaría los 60.000 euros con trabajo donde hiciera falta y llegamos a un acuerdo: que él se encargaría de descargar y guardar la mitad de la cocaína hasta que se la fueran a buscar y de ese trabajo se le descontarían los 60.000 euros. Esto sería lo que haría esta persona de nombre José Arcos".

Indica que asimismo, "al día siguiente mensajeé a Orbáiz, le digo que el del barco ya gastó el dinero pero que pagaría con trabajo de descarga y guardar la mitad de la cocaína", una labor que ya había programado de antemano pues disponían de una lancha.

Así explicó a Orbáiz que "Fajardo, Búa y yo tenernos una lancha para seis motores y que si el barco de los colombianos llega a 1.200 millas de Galicia y trae 10.000 litros de gasolina, iríamos en esa lancha con motores nuevos".

Al parecer, la idea no pareció mal a Orbáiz, afirma O Mulo. "Nos dice que vayamos a quitarle unas fotos a la lancha para enseñárselas al tal Wilson y decirle que si ellos llegan a 1.200 millas de Galicia y traen 10.000 litros de gasolina iríamos directos sin buscar barco alguno".

Al día siguiente viajaron a Benavente y "le mostramos las fotos y le decimos hasta donde llegamos si traen el combustible para repostar".

Wilson se compromete a darles una razón y "unos días después fuimos a estar con Wilson y nos dice que sí llegan a 1.200 millas pero la gasolina no pueden traerla, que busquemos quien nos la lleve".