El Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO) de O Grove trata de familiarizar a los vecinos con la preservación del hábitat y las especies de aves más frecuentes en la localidad. Entre ellas se encuentra el gavión atlántico (Larus marinus), que siendo capaz de alcanzar los 70 centímetros desde la punta del pico hasta el extremo de la cola está considerada la gaviota más grande del mundo.
A través del PIO, la concejalía de Medio Ambiente destaca estos días la presencia de dicha especie en el municipio, donde la actual época del año está especialmente recomendada para la observación de aves, teniendo en cuenta la gran variedad de especies que eligen O Grove y el conjunto del complejo intermareal para pasar el invierno. De hecho es precisamente en esta temporada cuando en la península grovense "puede haber hasta 60 ejemplares de gavión atlántico, que durante el período reproductor -entre mayo y julio- se va hacia zonas de Europa más norteñas, quedándose en O Grove unos pocos ejemplares, que se corresponden con inmaduros o adultos no reproductores".
Aunque hay algunas excepciones, ya que esta portentosa gaviota puede llegar a criar de forma puntual en la cornisa cantábrica y atlántica españolas, registrándose en la ría de Arousa "una o dos parejas que nidifican en los islotes pedregosos, siendo prácticamente las únicas parejas nidificantes de todo el litoral atlántico peninsular".
A través del trabajo didáctico llevado a cabo por el PIO puede saberse, también, que el gavión atlántico "se diferencia del resto de gaviotas no solo por su gran tamaño y su porte poderoso, sino por tener un pico grande y fuerte, por ser blanca y negra y tener las patas de color rosado, no amarillas como las de las gaviotas sombrías y patiamarillas".
Desembocadura del Umia
Cabe apuntar, igualmente, que "una de las zonas más apropiadas para observar estos grandes láridos es la desembocadura del río Umia, que pertenece al Complexo Intermareal Umia-O Grove y que durante la bajamar se caracteriza por llanuras fangosas y ricos bancos de arena a los que se acercan los gaviones para descansar o alimentarse, sobre todo de peces planos".
En el PIO aclaran que en dicho lugar "se han llegado a contar entorno a los cuarenta ejemplares juntos, y de todas las edades". Tanto es así que ese espacio, entre la desembocadura del Umia y la isla grovense de A Toxa, se ha convertido en "el sitio idóneo para estudiar los distintos estadíos de sus plumajes, que coinciden con las diferentes edades de los gaviones, pues pasan del tono marrón al negro a medida que se van haciendo adultos, a los cuatro años.
