El plan de racionalización de infraestructuras que está llevando a cabo Defensa se lleva por delante la mayoría de las viejas sedes de las subdelegaciones provinciales que tiene el Ministerio, los antiguos gobiernos militares, que cierran su actual sede y se trasladan a otros edificios con un menor coste para la administración. La de Pontevedra no solo no se cierra, sino que sus históricas instalaciones en Las Palmeras se refuerzan con la incorporación de la oficina de Inspección Militar hasta ahora ubicada en Marín.

La medida llega justo cuando se cumple un siglo desde que el ayuntamiento cedió de forma definitiva el edificio al ramo del Ejército, un inmueble que fue concebido como colegio pero que acabó albergando un uso militar. Pese a que el acuerdo de cesión definitivo se firmó en 1913, para conocer la historia de este inmueble hay que remontarse varias décadas atrás.

Fue en 1879 cuando el entonces alcalde, Alejandro Mon Landa, propuso crear una "casa escuela" y se eligió para ello "el campo de la Feria" (las actuales Palmeras) como el lugar para ubicarla. Tres años más tarde se puso en marcha el proyecto, que era obra, por cierto, de uno de los arquitectos más emblemáticos de la época, Alejandro Sesmero, autor también de otros edificios históricos de la ciudad como la Casa Consistorial, el Palacio Provincial o el Palacete das Mendoza.

Los trabajos concluyen finalmente en abril de 1892 y el edificio se inauguró en agosto de ese mismo año. Un mes más tarde se inicia el curso con todas las escuelas municipales desperdigadas por la ciudad reunidas en un este edificio que pasó a llamarse el grupo escolar de Las Palmeras. No obstante, apenas seis años más tarde, el Ejército se asienta por primera vez en el inmueble. En 1898 acoge a la Brigada Topográfica del Gobierno Militar hasta que en 1909 es devuelto de nuevo al ayuntamiento. Hasta 1913, cuando de nuevo el Concello decide cederlo definitivamente al ramo de la Guerra como sede del Gobierno Militar y asegurarse así que esta institución se fija en Pontevedra frente a los anhelos de Vigo, reafirmando su posición en cuanto a la capitalidad de la provincia. Desde entonces viene siendo sede de este organismo (salvo pequeñas excepciones) hasta su conversión en la actual subdelegación provincial de Defensa.

Militares en el casco urbano

Hoy es el último testigo de la fuerte presencia que tuvo el Ejército en el casco urbano de la ciudad, con los cuarteles de San Fernando (hoy Bellas Artes, o Campolongo), entre otros.

Una estrecha relación que hoy en día tiene su principal referencia en la base de la Brilat en Figueirido.