Dos personas que en enero de 2011 recibían la alegría de disponer de un puesto de trabajo garantizado como vigilantes municipales tras superar la correspondiente oposición, se enfrentan ahora al trance de tener que realizar de nuevo esas pruebas y a la posibilidad de que aquel nombramiento quede en papel mojado, tras una sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que ratifica una anterior del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Pontevedra y que detectaba irregularidades en alguno de los exámenes realizados en 2010, si bien las plazas correspondían a la Oferta Pública de Empleo de 2008. De este modo, el Concello está obligado a repetir alguno de los ejercicios porque en ellos no se garantizó el anonimato de los aspirantes.

La primera sentencia fue promovida por Dimas Iglesias, que junto con su hermano Francisco formularon otras quejas por las oposiciones municipales en el pasado. El fallo del Contencioso pontevedrés fue recurrido por lo que habían ganado la oposición en primera instancia ante el TSXG, que reitera la obligación de repetir esas pruebas, según admitió ayer el concejal Raimundo González Carballo. No hay, por el momento, una fecha para ese proceso.

Estas dos plazas de vigilante formaban parte de la Oferta Pública de Empleo de 2008 y durante la realización de las pruebas, uno de los aspirantes, que fue excluido tras uno de los ejercicios, presentó una serie de recursos que acabó en los juzgados. Este recurrente era Dimas Iglesias, como él mismo admitió en julio de 2011 durante una comparecencia pública con su hermano, Francisco Iglesias, en la que denunciaron, arropados por la CIG, tanto el caso que saltó ayer a la luz, como otras presuntas irregularidades en una oposición para ordenanza. Las pruebas que hay que realizar no invalidan, en principio, el resultado de las demás realizadas en aquella oposición.