El "Enterro da Sardiña" pondrá hoy fin "oficial" al Entroido marinense, aunque es una mentira más del carnaval porque todavía quedarán muchos actos para celebrar en los próximos días e incluso en los fines de las siguientes semanas en que los desfiles se celebrarán en las parroquias de Seixo y San Xulián.

Pero la tradición es la tradición y Marín nunca renunció a celebrar el "Enterro da Sardiña" dentro de las más pura costumbre y el mantenimiento de la estructura de este acto que ya seguían hace más de cien años otras generaciones porque en los años setenta, cuando ya se empezó a "poder" la directiva de aquel entonces Asociación de Cultura y Arte Santa Cecilia decidió rescatar cofradías, letanías y demás aspectos de un punto y aparente final de los carnavales con entrada definitiva en la cuaresma religiosa.

Saldrá la comitiva, puro escarnio de lo que puede ser una procesión religiosa, encabezada por los cuernos y seguida por las cofradías "peixeiras" cada una de ellas con su estandarte propio. Humo de azufre a diestro y siniestro; agua (o lo que sea) que salpicará desde el isopo del "bispo" bajo su lujoso palio y acompañado de otros "frades"; Autoridades y representaciones y... choronas, muchas choronas que pondrán la nota trágica a la noche.

Tras el recorrido, la ceremonia. En palco debidamente preparado, el principal "acólico" leerá su sermón que hará pitar los oídos de más de uno mientras reclamará la colaboración del respetable pidiendo ¡Chorade!. El bispo tomará la palabra para desgranar la centenaria letanía. invocando a cuanto "peixe" hay en el mar, a lo que los presentes responderán "iso para nos", "iso para vos" según convenga. Finalmente su eminencia rezará la bendición de "Xan Carallás" que dice "Cela/rabuñagatos, e cono de vella". Todos responderán con un sonoro ¡Amerda!.

Se rearmará la comitiva y enfilará el camino al paseo marítimo entre los lloros y la interpretación lastimosa de la marcha musical propia del Enterro que los presentes acompañarán cantando "Cantemos todos// la triste suerte// que dio la muerte// al carnaval// Los ecos tristes// de la campana// suenan al fin// din...dan//.

Y llegará el momento en que la sardiña acabará asulagada en el mar entre los redoblados lloros de los asistentes y aquí se acabará todo. Bueno es un decir porque los participantes en el acto se irán dado cuenta mientras vuelven de las orillas del mar que la vida sigue, los bares están abiertos y en realidad, pese a todas las crisis que nos atenazan, sigue siendo tiempo de troula con lo que la noche se hará larga, incluso muy larga, para muchos.