El juzgado mercantil número seis de Barcelona ha retirado a Clesa las facultades para administrar su filial Cacaolat, que queda así en manos de los administradores concursales, según publica hoy La Vanguardia.

El juez Raúl García Orejudo ha dictado un auto en este sentido atendido la petición realizada por los administradores concursales.

Éstos alegaron que el consejo de Cacaolat había hecho dejación de funciones en sus esfuerzos por evitar el cierre de la empresa y el conflicto de intereses que existe actualmente entre Cacaolat y su sociedad matriz.

Según el relato de los administradores de Cacaolat, los administradores de Clesa, la sociedad matriz, han intentado paralizar la venta de la unidad productiva que puso en marcha en junio pasado el juzgado de Barcelona con el apoyo de los trabajadores y de la Generalitat.

La empresa de batidos, en concurso de acreedores, cuenta con activos valorados en 129,46 millones de euros y deudas que ascienden a 29,79 millones de euros.