El conselleiro de Industria, Javier Guerra, trasladó ayer al comité de empresa de la fábrica caldense de Clesa que hay negociaciones "avanzadas" con dos proyectos inversores interesados en adquirir la fábrica. Se trata, según detalló, de grupos de capital gallego y con experiencia en el sector lácteo. Ahora se trabaja en aspectos relativos a la financiación. Acerca del compromiso de mantenimiento del actual empleo, ambos presentan planes para, tras un ajuste inicial, recuperar "a medio plazo" la mayoría de los puestos existentes en la actualidad y sobre los que pesa la amenaza del cierre inminente si ninguna de estas opciones se concreta.

El titular de Industria, que recordó que "la Xunta no tiene que nada que ver con los problemas que sufre Clesa pero sí va a ser fundamental para encontrar una solución", concretó que durante las últimas horas se han mantenido encuentros entre el Ejecutivo autonómico y portavoces de los dos proyectos interesados en comprar Clesa. Además, también reconoció que en un principio llegaron más planes que finalmente "se fueron cribando" y acabaron siendo estos dos. De ellos no desveló nombres, si bien ya se sabe que un grupo de cooperativas está, al menos, detrás de uno de ellos.

"Existen dos posibilidades, dos grupos con un plan de negocio interesante y de futuro para estas instalaciones", dijo Guerra. "Faltan algunos elementos por definir, aspectos de financiación que están siendo estudiados", agregó. De todos modos, se mostró esperanzado en que salga adelante una de las dos posibilidades, al tiempo que restó importancia a que este domingo día 4 se acabe el plazo dado por la administración concursal para implantar el ERE de cierre de la factoría. "Tenemos unos días o semanas importantes por delante para el futuro de la planta", indicó. La gestión concursal ya dijo en su momento que si había garantías de que un nuevo comprador se hiciese con la factoría podría ser más flexible con la conclusión de ese plazo.

El principal problema, como admitió Guerra, estriba en la financiación. De hecho afirmó que hay "obstáculos" en este sentido. "Tenemos que superarlos", añadió.

Sobre cómo afectará la hipotética entrada del comprador, Guerra se mostró indeciso, aunque apunta que un número similar al actual estaría trabajando en la factoría a medio plazo. "Los dos planes implican que la plantilla sea, a medio plazo, la misma; aunque probablemente en el arranque de la compañía tenga que haber ajustes", desveló.

Guerra aportó estas informaciones en la reunión de la comisión de seguimiento que se llevó a cabo ayer en el salón de plenos del consistorio de Caldas a la que asistieron el alcalde, Juan Manuel Rey, representantes de la oposición y el director general de Industria, Miguel Hidalgo, además del conselleiro y de la presidenta del comité de empresa, Dolores Ramos.

"La reunión ha servido para que nos aporten noticias de forma directa; queremos ser muy prudentes, es cierto que se está avanzando y además las dos empresas interesadas, en el supuesto de llegar a un acuerdo, ninguna aplicaría el ERE -en referencia al extintivo-, al menos de momento; eso es muy positivo", valora Ramos. Las negociaciones, en todo caso, están resultando complejas porque se está hablando de "cantidades elevadas y de otras cosas que tienen que matizarse mucho", apunta la representante laboral del comité. En la factoría trabajan 143 personas, de las que 25 están dispuestas a prejubilarse.