La sorpresa fue mayúscula en casa de Ana María Padín cuando, a principios del año pasado, la empresa concesionaria del servicio de aguas municipal, Espina & Delfín, le cargó una factura de 1.344, 71 euros por su consumo de agua durante los tres meses anteriores.

Ante su negativa a abonar el importe de un servicio que asegura no haber utilizado, la empresa amenaza ahora con cortarle de forma inmediata el suministro en su casa del lugar de Casal, en la parroquia de Noalla.

"Nos mandaron la carta a principios de semana y ayer (por el miércoles) el Concello nos dijo que era inminente y que no pudieron hacer nada", relata Ana María, en guardia permanente delante de una de las ventanas de su casa para impedir el corte, "poniéndome delante", cuando lleguen los operarios.

El motivo de tan abultada factura, que ella insiste en calificar de "errónea" es, según la justificación que la empresa le dio por escrito tras una primera reclamación, "el mal uso de las llaves en el interior de la propiedad".

En enero de 2010, los operarios realizaron una inspección sobre el terreno en la que constataron, de acuerdo con su escrito, que no había errores en la tubería o el contador. "Dijeron que no había fugas, pero toda esa cantidad de agua se tiene que notar", reclama la afectada, que señala que la tubería que lleva el agua a la vivienda, en algunos tramos, "va por encima de la tierra, y no se vieron charcas de agua ni nada". El fontanero consultado por la familia determinó entonces que "era imposible que hubiese una mala manipulación"

Tras una nueva reclamación, la empresa redujo la factura a 944,98 euros, cantidad con la que Ana María sigue sin estar conforme ya que, como señalan los recibos trimestrales que guarda desde hace unos cuatro años sin que nunca le haya faltado alguna notificación, el consumo medio en la vivienda (en la que viven cuatro personas) oscila en torno a los 30 euros por periodo, excepto en los meses de verano donde se triplica "por el riego de la huerta".

"¿Dónde está ese agua? No nos dan una razón. Tendrán mal el contador porque nosotros no la gastamos. Es unabarbaridad, el agua de tres años", explica la afectada. Y es que según la carta remitida por la empresa, la familia habría consumido 1.855 metros cúbicos de agua. "Eso no lo gasta casi ni un hotel en verano".

El pago de los cerca de 1.000 euros que reclama la concesionaria para frenar el corte es "inviable para la economía familiar. No gano esa cantidad al mes, ni mi padre. Me parece un robo a mano armada", lamenta.

En casa de Ana María esperan casi a pie de grifo el que parece un desenlace inevitable. "No tenemos esperanzas porque ellos quieren cobrar y nosotros no vamos a pagar eso. Que me llamen y me digan qué pasó porque yo no gasté el agua".

Con la factura en la mano, la afectada pidió ayuda al Consistorio para intentar llegar a un acuerdo, aunque sin éxito. Desde el gobierno local explican que, aunque actuaron como mediadores, el conflicto por el impago de la factura es entre compañía y usuaria.

Apoyo de los vecinos

Desde el momento en que su casa se quede sin suministro de agua, Ana María trasladará el caso a la Oficina de Consumo municipal, y no descarta llevarlo incluso ante los tribunales.

Mientras, y con el apoyo de los vecinos. se prepara para lo que podrían ser unas semanas sin agua.

"Si me la cortan echaré una manguera a la casa de mi vecina" porque, cuenta, aunque ninguno un desfase parecido en sus recibos "están todos pendientes, que les avise cuando vengan (a cortar el agua) para ponerse delante conmigo".