La mejora del banco marisquero de Placeres, cuya zona Sur arrastra desde hace años la clasificación de Zona C (la más baja) es uno de los objetivos del plan de saneamiento de las rías que los conselleiros de Medio Ambiente, Agustín Hernández, y Mar, Rosa Quintana, presentaron ayer a la Federación de Cofradías de Pescadores de Pontevedra. La ejecución de estos trabajos, para elevar la clasificación de ese banco, es urgente, ya que sobre él pesa una amenaza de la Unión Europea de prohibición de extracción, según apuntó ayer la propia Rosa Quintana.

La conselleira recordó, sobre la catalogación de estos bancos, que "es muy importante que no haya trampa ni cartón" e insiste en que se produzca la máxima transparencia a la hora de analizar las aguas. Así, indicó que "si los análisis dicen que una zona es C, será calificada como zona C y habrá que gestionarla como tal: esforzándonos en la mejora de su saneamiento y continuando mientras no mejora en conseguir una moratoria a través de Bruselas que permita la extracción, sometiendo a los moluscos a un procedimiento intensivo de depuración que garantice al 100% su calidad y salubridad para el consumo, como ocurrió hasta 2006".

En todo caso, las obras que la Xunta tiene en proyecto hasta el año 2014 no incluyen grandes novedades con respecto a lo previsto desde hace tiempo. El plan explicado ayer entre los representantes de las cofradías incluye como "obras en tramitación" y referidas a la Zona Sur del banco de Placeres, las siguientes: Mejora de las estaciones de bombeo y colectores generales de Marín y tanque de tormenta; y mejora de la depuradora de Placeres, todo ello con un importe de dos millones de euros. Asimismo, se detalla que está "en ejecución" el depósito de retención en Mollabao, con un presupuesto de 2,3 millones de euros.

Este último dispositivo fue adjudicado hace unas semanas a la empresa Acciona Infraestructuras SA y se trata, en esencia, de una gigantesca "piscina" subterránea, de 2.300 metros cuadrados de superficie y nueve metros de profundidad, en la que se almacenarán las aguas residuales enviadas a la depuradora. En los momentos en que la entrada de estos vertidos sea superior a la capacidad de la planta (por encima de los 650 litros por segundo), las aguas quedarán acumuladas en ese tanque, para ser tratadas más adelante. El objetivo es evitar que esos efluentes se viertan en la ría sin ningún tratamiento previo como, según la Xunta, ocurre ahora.

Este depósito está incluido en el Plan de Actuación para a Eliminación de Vertidos nas Rías Galegas. La Xunta explica que "la ciudad de Pontevedra cuenta en la actualidad con una extensa y ramificada red de colectores de saneamiento, en su mayor parte unitaria, que finalmente son interceptados por un colector general que comienza bordeando el río Lérez y continúa por la orilla izquierda de la ría hasta la depuradora de Placeres. Este colector -añade- dispone de cinco bombeos intermedios que, diseñados para los caudales esperados de agua residual en tiempo seco, no pueden atender los enormes caudales pluviales que entran en la red en tiempo de lluvia, por lo que acaba vertiendo efluentes contaminados en puntos muy sensibles de la ría y del centro urbano". Medio Ambiente aclara que "este problema es común para muchos de los sistemas de saneamiento de los núcleos habitados en las rías gallegas y reduce de modo muy importante el rendimiento de la depuradora". El punto elegido para este depósito es una parcela a 500 metros de esa planta, en Mollabao, junto a la autovía de Marín y en la que el concello proyecta un aparcamiento en superficie.

"El depósito se construirá totalmente enterrado, con unas dimensiones interiores de 83,5 metros de largo, 27,5 de ancho y 8,85 de profundidad, dividido en cuatro receptáculos para una mejor adaptación a los diferentes sucesos de lluvia".