Ourense aspira a que su Entroido sea patrimonio inmaterial de la humanidad

El Entroido, la fiesta de liberación y celebración en común que late en el rural de Ourense con un arraigo que tiene parangón con el de pocos lugares del mundo, guarda la tradición y la identidad cultural de las aldeas sin perder la autenticidad, pese a la amenaza que representa la masificación. El ciclo de este carnaval propio, cuyo origen se remonta en el tiempo, donde el disfraz desempeña un papel secundario frente a la importancia cultural de las máscaras típicas de cada zona –los felos, los peliqueiros, los cigarróns, las pantallas, etcétera–, constituye una de las tradiciones con mayor participación de los ourensanos. Ni la guerra ni el franquismo ni la pandemia pudieron con el Entroido.

Una tradición con sentido de pertenencia para los ourensanos y que supone un atractivo para los visitantes que se interesan por las propuestas festivas diferentes, de raíz. Con el fin de “ayudar a preservar, a proteger y a revalorizar” esta muestra de la cultura popular, el Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico (Inorde) da los primeros pasos para que el Entroido de Ourense sea reconocido por la Unesco como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

El Inorde ha adjudicado, por un total de 14.973,75 euros –IVA incluido–, la elaboración de un estudio de viabilidad y una hoja de ruta para la preparación de la candidatura. Se trata de un contrato menor que ha sido otorgado a ‘Trivium, estratexias en cultura e turismo’, una sociedad con sede en Santiago, creada en 2004. “Defendemos que la cultura y el turismo son sectores estratégicos clave para el desarrollo sostenible de un territorio”, sostiene esta mercantil, que tiene experiencia en servicios relacionados con los museos y espacios interpretativos, así como gestión cultural, turismo y comunicación.

“El Entroido es una de las riquezas de la provincia de Ourense. Tenemos la ilusión y las ganas de poder conseguir este reconocimiento”, subraya el presidente del Inorde y diputado provincial, Rosendo Fernández.

"Desde la administración debemos contribuir a poner en valor nuestra identidad cultural"

“Solo el hecho de iniciar el camino para revalorizar, conservar y proteger nuestro patrimonio cultural es importante, así como también reconocer la labor desinteresada y dedicada que hacen las asociaciones culturales y comunidades locales que mantienen la tradición y preservan las máscaras en los distintos municipios de la provincia. Desde la administración debemos contribuir a poner en valor nuestra identidad cultural”, destaca Emma González, la gerente del instituto económico ligado a la Diputación de Ourense.

Proyecto transfronterizo

El Inorde ya participa en un proyecto europeo transfronterizo relacionado con el patrimonio cultural. Una de las temáticas de esa iniciativa financiada con el programa Interreg son las máscaras y entroidos de Ourense y del norte de Portugal, en una candidatura conjunta de la institución ourensana con la comunidad intermunicipal de Trás-os-Montes y la cámara municipal de Lamego, entre otras entidades.

“Habrá que evaluar las oportunidades y plantear si presentamos la candidatura de forma independiente o con el norte de Portugal. Es un camino a largo plazo, pero solo el hecho de dar los primeros pasos es importante por lo que supone para preservar y poner en valor esta tradición”

“Por una parte, tenemos esa candidatura de un proyecto de cooperación y, por otra, avanzamos con este estudio de viabilidad”, indica Emma González. Con el objetivo de conseguir la declaración de patrimonio cultural inmaterial por parte de la Unesco, el Inorde no descarta participar, como en el otro proyecto, en unión con el país vecino, o con otros territorios que cuentan con tradiciones de carnaval arraigadas, como Zamora. Los Caretos de Podence, una mascarada que se celebra en el pueblo de ese nombre, en el municipio luso de Macedo de Cavaleiros, fueron reconocidos como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad el 12 de diciembre de 2019.

“Habrá que evaluar las oportunidades y plantear si presentamos la candidatura de forma independiente o con el norte de Portugal. Es un camino a largo plazo, pero solo el hecho de dar los primeros pasos es importante por lo que supone para preservar y poner en valor esta tradición”, dice Emma González.

Ourense y Lugo aspiran a que la Ribeira Sacra, con sus paisajes naturales labrados por el Sil, su viticultura heroica y sus templos del románico, sea declarada patrimonio de la humanidad. El reconocimiento del Entroido aportaría un espaldarazo más al turismo, aunque con un perfil concreto, el del viajero que prima la calidad y autenticidad, “y está preocupado por preservar la sostenibilidad del destino, así como de conservar el patrimonio y el medio ambiente. El turista que está interesado en los recursos culturales normalmente corresponde a ese perfil”, indica la gerente del Inorde.

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