“Comezou o NON Fareleiro 2021. O Entroido de Xinzo está moi vivo dentro de cada un de nós. Este ano temos que disfrutalo con máis tradición, respecto e sentimento ca nunca. E ademais, con moito sentidiño. Grazas a todos por manter viva esta chama!”, expresaba ayer la asociación cultural A Pantalla, que lleva a cabo actividades todo el año para preservar y difundir los valores del Entroido tradicional de la localidad y del traje de la pantalla, su emblemática figura. Xinzo de Limia es uno de los tres municipios gallegos con las restricciones más duras, con cierre perimetral y de las actividades no esenciales, como la hostelería. Con 247 casos –dato de ayer, diez más que el sábado– para una población de 9.700 vecinos, la incidencia acumulada está en niveles desorbitados. En un mundo paralelo sin pandemia, ayer hubiera sido el primer domingo grande del ciclo del Entroido, el que más se extiende en el tiempo en España. Pero con el COVID causando estragos y con la altísima incidencia del municipio, la fiesta fue cancelada. No hay celebración, las calles están casi vacías, pero el espíritu del carnaval limiano sigue latiendo.

Dos policías "de balcón". / Brais Lorenzo

En los balcones, como la pareja que se disfrazó este domingo de policías locales “de balcón”, permaneciendo en esa atalaya durante horas para caricaturizar la actitud que desató el primer confinamiento, esa mirada envidiosa e inquisitorial de unos habitantes hacia otros cuando todos aprendíamos a vivir con una realidad restringida. En los domicilios, con los convivientes, adultos y pequeños, embadurnados con harina –la repostería es otra de las aficiones que cultivamos más que nunca desde el pasado marzo–, compartiendo en las redes sociales las imágenes de su recuerdo a la tradición en casa, donde hoy en día es más seguro pasar las jornadas. En la calle, Guardia Civil y Policía Local controlaban las entradas y salidas de la villa, así como que no hubiera concentraciones en un municipio en el que están prohibidas las reuniones de personas que no vivan juntas.

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"Fariña de emerxencia"

En la plaza mayor, la música sonaba en una localización casi desierta, con escasa afluencia. Restos de harina en el suelo revelaban que algún transeúnte había recordado en el lugar la tradición fareleira. Algunos mecos en la calle ayudaban a situar la fecha del Entroido y a no olvidar el espíritu de la fiesta. Uno ofrecía harina interpelando al viandante: “En caso de que se perdan as tradicións, fariña de emerxencia”, rezaba un cartón. “Un ano. Un sentimiento. Un ano sen ti”, dice el cartel de la cita fallida de este año, con una pantalla desenfocada y en blanco y negro; un guiño a la nostalgia, una invitación a renovar la celebración en el futuro, cuando la pandemia haya pasado. Mientras, el espíritu en Xinzo de Limia prevalece, adaptado a la cruda realidad.