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El jefe de cirugía general del CHUO se jubila: “En los 80, todos operábamos todo”

José María Octavio de Toledo deja el hospital ourensano después de 43 años, con una ponencia sobre la evolución y modernización de las operaciones de la que fue testigo

Octavio de Toledo, con dos enfermeras de la unidad. IÑAKI OSORIO

Acaba de pedir un café con leche en una terraza con vistas al mar en la ciudad de Vigo. Es un síntoma de que empieza una nueva etapa para él, que todavía no se ha parado a definir ni organizar. José María Octavio de Toledo, el jefe de sección de cirugía general del hospital ourensano, se jubila después de 43 años como profesional sanitario y después de una vida de continuo aprendizaje y evolución. Es por ello, que su homólogo Pedro Trillo, jefe de sección de Medicina General y Digestiva, le pidió que hiciera una ponencia delante de los profesionales sanitarios para abordar, desde su primera persona, la modernización y evolución de los avances en la cirugía.

“Fue un cambio impresionante, increíble”, dice Octavio ante el que será ‘el partido homenaje’ a una dilatada trayectoria en el CHUO y en el que será su charla de despedida. Será a las 8.30 horas en el hospital, algo íntimo y para poner en valor las investigaciones tecnológicas en la rama sanitaria.

"Ahora, la cirugía está más especializada"

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“Comparar un servicio de cirugía actual, con el que entré en los años 80, no tiene nada que ver. Recuerdo que cuando entré era el profesional más joven dentro del servicio de cirugía y fui el único residente que me quedé en el hospital. Por entonces, estaba el Dr. Gómez y en aquella época todos los cirujanos operábamos de todo, sin embargo ahora todo está más especializado, es uno de los grandes cambios que trajo consigo la sanidad y la medicina”, dice el todavía jefe de sección de cirugía general. Por aquel entonces, en los años 80 los ordenadores no existían, pero es que tampoco existían los TAC (tomografía computarizada) ni tampoco las radiografías.

Octavio de Toledo en una de sus últimas intervenciones. // I.O.

El doctor señala que “no existía nada de eso a principios de los 80 y las cirugías basculares y las torácicas, también las hacíamos nosotros. También teníamos que atender los accidentes de tráficos que eran tremendos por aquella época, veíamos traumatismos craneoencefálicos muy graves y no teníamos como ayudar, por lo que enviamos a los siniestrados al hospital de Vigo que era donde estaba el especialista. Recuerdo que algunos morían por el camino, pero después eso con la llegada de los neurocirujanos y los cirujanos vasculares fueron conquistas que se consiguieron muy poco a poco.

"Sin los TAC ni tampoco las radiografías los diagnósticos eran muy complicados"

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Y añade que "sin los TAC ni tampoco las radiografías los diagnósticos eran muy complicados a principios de los 80, después llegaron estas innovaciones y ayudaron mucho al diagnóstico. También me acuerdo de que antes en los cánceres de mama se amputaba el pecho, era la única solución eficaz que había, ahora es rarísimo hacer eso y todo es fruto de la investigación permanente y de los avances de la ciencia en la rama sanitaria”.

Echa la mirada atrás y recuerda que en el año 1995 en Ferrol, dijo que los robots serían el futuro en la medicina quirúrgica. Octavio añade que “no me confundía, parece que fue una frase adelantada al tiempo en el que vivíamos, pero así lo sentía y ahora ya se está viendo que hay operaciones con robótica y 5G algo que antes era impensable. Eso permite hacer cirugías a distancia con una rapidez casi instantánea y con telepresencia, eso cuando yo entré y durante años era inimaginable”.

Sus últimas operaciones

Octavio llegó el viernes pasado con la agenda marcada en su última jornada de trabajo. Hizo tres últimas intervenciones dos colon por laparoscopia, y una vesícula y dos hernias. Sobre cómo vivió su última jornada dice que “llevaba tiempo con la jubilación en la cabeza y la verdad fue una jornada rara. Empecé a pensar que, tanto tiempo que pasé en ese hospital, y hora no lo volvería a pisar y tampoco ver a la demás gente con la que trabajaba día a día”. La ‘morriña’ es la palabra que define ese sentimiento de rareza ante algo que va a extrañar, seguramente.

"Tanto tiempo que pasé en ese hospital y ahora no lo volvería a pisar"

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Él fue uno de los primeros cirujanos en apostar por la laparoscopia, uno de los avances más significativos que permite una mínima invasión en el cuerpo humano, ante la cirugía abierta convencional. En este tipo de operaciones, se utiliza una cámara (laparoscopio) para ver dentro del abdomen y realizar pequeños orificios en la cavidad abdominal. Él dice que fomenta una mejor recuperación para la actividad profesional y también para la rutinaria, sin grandes dosis de tiempo para la recuperación postoperatoria.

La modernización del servicio de cirugía es su propia experiencia, partiendo de unos años 80 donde todos hacían de todo en el quirófano y donde los avances tecnológicos de final de siglo y comienzos de otro, supusieron en sus palabras “una tercera y cuarta revolución” tecnológica en la sanidad. De las operaciones generales y particulares que hacían antes, a una superespecialización actual que permite que especialistas aborden las problemáticas particulares. Él pudo aprender de robótica en sus último s momentos, pero dejó paso a los y las jóvenes que “son los que más la van a utilizar de aquí en adelante, a mí no creo que me haga mucha falta”, dice sonriendo.

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