Entre el 9 y 13 de mayo se celebrará el juicio con un jurado popular para resolver si dos encausados mataron en agosto de 2018, durante un permiso de salida, a un preso al que habían conocido en el centro penitenciario, un crimen con la supuesta intención de apoderarse del dinero que había recibido la víctima de la herencia de su madre.
Al fallecido, Fernando Iglesias Espiño, natural de Silleda (Pontevedra) y de 63 años, le faltaban solo dos años para cumplir una condena de 25 por el triple asesinato de su familia, cometido en 1996 en Gran Canaria. La Fiscalía solicita 22 y 23 años de prisión para los presuntos asesinos, Francisco Javier G. H. y Óscar G. L. La acusación particular, que representa al hermano de la víctima, eleva la petición a 24 y 25 años.
Las sesiones estaban previstas entre el 31 de enero y el 3 de febrero, pero un problema de salud del abogado de la acusación particular exigió el aplazamiento del juicio. Este nuevo señalamiento se fija para poco más de tres meses más tarde, pero la preselección del tribunal del jurado –una veintena de personas citadas– se mantiene, porque sigue estando vigente, según fuentes judiciales.
Será el segundo juicio con jurado del año 2022 –desde 2019 no se celebraban en Ourense este tipo de procedimientos–, después del que resolvió el crimen de Bar Novo, cuyo homicida confeso fue declarado culpable y condenado a 11 años de prisión.
Las sesiones comenzarán con la conformación del jurado, con nueve titulares y dos suplentes. Las acusaciones y las defensas podrán formular sus recusaciones hasta la elección del listado definitivo. Tras una intervención inicial de las partes al tribunal en la que expondrán su visión del caso, se dará paso al interrogatorio de los dos acusados.
La desaparición de Espiño después de un permiso de salida del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar no encajaba con un quebrantamiento, porque había disfrutado de más de ochenta autorizaciones sin incumplimientos. La Policía Judicial de la Guardia Civil descubrió que, detrás de su ausencia, había un crimen.
Bautizó el caso como ‘Operación Avaro’, por el móvil económico. En diciembre de 2018, los investigadores detuvieron a los dos presuntos autores del asesinato y encontraron el cadáver de la víctima enterrado en una mina de agua, en un monte del municipio de Piñor.
Los hechos que serán juzgados
Las acusaciones pública y particular sostienen que los dos acusados, conocidos de la víctima, lo mataron presuntamente a golpes en la cabeza, con un objeto contundente, en una granja regentada por Francisco en Maside, a la que Espiño acudía a trabajar en sus permisos de salida, a cambio de cama y de comida.
Los encausados habían conocido a la víctima en el periodo en que los tres permanecieron en el centro penitenciario de Pereiro, llegando a entablar cierta relación de amistad. Se enteraron de que había recibido en herencia una importante cantidad tras el fallecimiento de su madre, y presuntamente urdieron un plan para acabar con la vida de su conocido para apropiarse del dinero.
El 11 de agosto de 2018, la víctima salió de la prisión y se presentó en la granja de Maside. Entre las 11 y las 13.20, presuntamente lo mataron y, después, ocultaron el cadáver en el monte de Piñor. Óscar reveló el emplazamiento a los investigadores de la Guardia Civil.
Entre el 11 y 24 de agosto de 2018, según el relato de la Fiscalía, retiraron con sus tarjetas 22.490 euros. Se les atribuyen presuntos delitos de asesinato, en concurso con estafa o robo. Las defensas lo niegan. La de Óscar –con antecedentes por estafa– solicita, en el peor de los casos, la aplicación de atenuantes.