Tras 80 permisos de salida sin incidencias, en agosto de 2018 Fernando Iglesias Espiño, de 63 años y natural de Silleda, no regresó al centro penitenciario de Pereiro, en el que se encontraba en tercer grado. Le faltaban solo dos años para cumplir una condena de 25 por el crimen de su mujer e hijos, un triple homicidio que cometió en Gran Canaria en 1996. En diciembre de 2018, sus presuntos asesinos, Francisco J. G. H. y Óscar G. L., fueron detenidos. Eran dos hombres a los que había conocido en la cárcel.

En la granja regentada por el primero de ellos en Maside, trabajaba a cambio de comida y un lugar donde dormir en sus salidas. Un tribunal del jurado resolverá esta causa. La Fiscalía de Ourense ya ha presentado su escrito de calificación. Solicita, por los presuntos delitos de asesinato y de estafa continuada, 22 años de prisión para Francisco y 23 para Óscar, porque sobre este pesa la agravante de reincidencia en cuanto al delito de fraude (fue condenado por la Audiencia Provincial de Gijón, en 2016, a una pena de 2 años y 1 mes).

Los encausados y la víctima se conocieron en la cárcel. Llegaron a entablar una relación de amistad. Cuando Espiño tenía un permiso de salida acudía a la granja gestionada por Francisco. Gracias a esa cercanía, los acusados se enteraron de que la víctima había recibido una importante cantidad de dinero en metálico, procedente de la herencia de su madre fallecida. La Fiscalía sostiene que ambos presuntamente “urdieron un plan para acabar con su vida y apropiarse del dinero que había heredado”.

Fernando Iglesias salió del centro penitenciario de Pereiro a las 9 de la mañana del 11 de agosto de 2018. No regresaría. La víctima se dirigió, como era habitual, a la granja de Francisco en Maside. Ese día se encontraban allí los dos acusados, según el ministerio público. “Siguiendo en plan que habían convenido”, entre las 11 y las 13 horas de ese día presuntamente golpearon a su amigo con un objeto contundente en la cabeza. La causa de la muerte, violenta y de etiología criminal, fue un traumatismo craneoencefálico.

La granja de Maside donde presuntamente ocurrió el crimen. // BRAIS LORENZO

La investigación concluye que, entre las 13.20 y 14.20 horas, el cadáver fue trasladado a un monte de la localidad de A Senra, en Piñor, propiedad de una familiar de Francisco. La ubicación del cuerpo sin vida se la confesó Óscar a la Guardia Civil “de manera voluntaria”, según la Fiscalía. Estaba envuelto en bolsas de plástico y soterrado en una mina de agua. Fue localizado el 20 de diciembre de 2018. Antes, los agentes habían estado registrando y removiendo cada metro cúbico de tierra en la granja de Maside, puesto que su sospecha inicial era que se encontrara allí.

La mina de agua en la que fue soterrada la víctima, en Piñor. // GUARDIA CIVIL

La Guardia Civil bautizó el caso como ‘Operación Avaro’ en alusión al supuesto móvil del asesinato: un crimen por la herencia. Los cinco agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial que resolvieron esta muerte violenta abrirán el turno de los testigos en el juicio. La Fiscalía sostiene que, tras matar presuntamente a su amigo, los encausados se apoderaron de varias de sus tarjetas. Entre el 11 y 24 de agosto de 2018, en once días, retiraron un total de 22.490 euros.

En Galicia, Burgos y Portugal

Según consta en el procedimiento penal, las sustracciones de efectivo –la mayoría de 600 o 300 euros cada vez; la mínima de 80– se hicieron en cajeros de varias localidades de Galicia pero incluso de otros lugares de España o de Portugal. Constan operaciones en Cea, Ourense, Ribadavia, O Carballiño, Vigo, Bandeira (Pontevedra), Melgaço, Lalín, As Neves, A Cañiza (Pontevedra), y también Burgos. En la provincia castellana se hicieron retiradas el 15 de agosto, un total de 3.000 euros utilizando distintas tarjetas.

La Fiscalía de Ourense califica estos hechos como un delito de asesinato, por el que solicita una condena para cada uno de 20 años de prisión, en concurso real con un delito continuado de estafa, por el que pide 2 años para Francisco J. G. H. y 3 para Óscar G. L., por la reincidencia. En concepto de responsabilidad civil, el ministerio público solicita que los dos encausados indemnicen con 40.000 euros al hermano de la víctima mortal, además de con los 22.490 euros que presuntamente se apropiaron de la herencia materna. Los dos encausados permanecen en prisión provisional, una medida cautelar que la jueza instructora de O Carballiño ratificó el pasado mes de diciembre.

Imágenes en los cajeros

La Fiscalía enumera una abundante relación de pruebas para que sean facilitadas al jurado popular, a la hora de estudiar la causa y dictar un veredicto, en un juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial de Ourense, aún sin fecha.

Constan ubicaciones telefónicas y estudio de los repetidores –con informes y contrainformes de investigadores y peritos de la defensa, pues es importante para determinar los movimientos y las horas aproximadas de los hechos– así como imágenes del acusado Óscar en cajeros y escuchas telefónicas convencionales.

También se instaló un micrófono –con autorización del juez– en el furgón que los trasladó ya detenidos, y en los calabozos, por si hablaban de los hechos y, en concreto, de la ubicación del cadáver, cuyo paradero no fue conocido por los agentes hasta que Óscar confesó.