José Manuel Bugallo Pereira, Manolo, fue un testigo de los cambios del negocio editorial desde la trinchera que, antaño, vendía silenciosamente títulos prohibidos a los que llegaban al establecimiento con una recomendación. Tanco abrió sus puertas en 1952 y el librero falleció la tarde de este lunes, a los 79 años, tras más de medio siglo entre los títulos y estanterías de este comercio.

Después de que trascendiera la triste noticia se sucedieron las llamadas y mensajes de pesar. Se va un referente de la cultura que anida en las librerías, donde el comerciante es mucho más que un vendedor: un prescriptor, un relator de otros tiempos. “Hasta el 2006 no quise un ordenador aquí. Tenía la librería en la cabeza. Ejemplares que entraban y ejemplares que salían. Antes la gente venía con el ISBN, que es el ADN del libro, y tú te las apañabas para ver dónde y cómo conseguirlo”, decía Manolo en una entrevista con FARO, en agosto.

“Era un señor el que traía los libros. Los escondíamos y solo dejábamos entrar al cuarto al que venía en nombre de alguien que conociéramos. En los últimos años del franquismo muchos estudiantes universitarios se desplazaban desde Santiago los sábados por la tarde. Conseguíamos ejemplares que en otras partes de Galicia no se encontraban”, relató Bugallo. En los tiempos oscuros, no solo los jóvenes de izquierdas y subversivos pretendían las obras prohibidas. También algunos sindicalistas y gobernadores civiles se acercaban a comprar títulos censurados.

Ourense se queda sin un hombre que atesoraba uno de los bienes más preciados, la memoria. Su funeral, el jueves por la mañana.