La red de solidaridad que trenzaron las entidades del tercer sector sostuvo, en lo peor de la pandemia y de la crisis socioeconómica del COVID, a miles de familias que pasaron necesidad, incluidos hogares abocados a pedir ayuda por la escasez de dinero debida a ERTE o cierres. Con la recuperación económica que se dibuja a nivel macroeconómico hay algunos indicadores que sí mejoran, pero no todos, porque factores como el alza constante del precio de la luz y el coste elevado del combustible contribuyen a una mayor carestía de la vida diaria.

En el comedor social de Ourense, que gestiona Cáritas con la intervención de técnicos y la aportación clave del voluntariado, hubo 8 días el pasado mes de septiembre en el que la media diaria de raciones dispensadas bajó de las 200. En la actualidad, “estamos entre 200-250”, indican fuentes del servicio.

Pese a que cada historia de necesidad es suficiente para seguir alerta, el dato ofrece mucho más optimismo que el de las 666 que llegaron a repartirse en un solo día en los peores momentos de la pandemia, con máximas restricciones.

A lo largo de este año 2021, unas 10.000 familias se benefician de la aportación de productos básicos que el Gobierno canaliza, en el caso de esta provincia, a través de la Cruz Roja y el Banco de Alimentos. Entre la primera entrega, de los pasados meses de mayo y junio –184.488 kilos de alimentos para 10.021 beneficiarios–, y la segunda, que tiene lugar este mes –301 toneladas para más de 9.300 ourensanos en una situación de vulnerabilidad–, Ourense recibe en 2021 más de 485 toneladas de productos básicos, con los que poder aliviar el estado de necesidad de una parte vulnerable de la población.

“Muchas familias en riesgo de pobreza y exclusión social, gracias a esto podrán aliviar un poco su situación, sobre todo aquellas que tienen niños y niñas pequeños”

Felipe Ferreiro - Presidente de Cruz Roja en Ourense

Para poder dar respuesta a las colas del hambre que, pese al despertar de la economía –hay una previsión de crecimiento de entre el 5,7 y el 6,2% para este año, según el Ejecutivo y el FMI, tras una brutal caída del 10,8% en 2020–, siguen afectando a muchos hogares. El subdelegado en Ourense, Emilio González, destaca “la importante aportación del Gobierno, que ha destinado 401.636 euros para comprar cestas de productos alimenticios básicos”.

El subdelegado, el presidente de Cruz Roja y un técnico de la ONG, con repartidores. // I. OSORIO

“Muchas familias en riesgo de pobreza y exclusión social, gracias a esto podrán aliviar un poco su situación, sobre todo aquellas que tienen niños y niñas pequeños”, valora el presidente de Cruz Roja en Ourense, Felipe Ferreiro, que también avisa: “Para muchas familias la recuperación no va a ser fácil. La meta es que puedan encontrar un trabajo y vivir de lo que ingresan. Además de aportar alimentos, debemos acompañar, orientar y estar a su lado”.

Esta ONG y el Banco de Alimentos son las encargadas de distribuir la comida en la provincia a 120 entidades que se encargan de la entrega directa a los beneficiarios. González alaba el “trabajo inestimable de las organizaciones de reparto y sus voluntarios”.

Los productos de esta segunda fase de los que se beneficiarán las familias que lo necesiten son aceite de oliva, leche entera UHT, arroz blanco, garbanzos cocidos, atún en conserva, pasta alimenticia, tomate frito, galletas, macedonia de verduras, cacao soluble así como tarros infantiles de fruta y pollo.