Una perra falleció por inanición y a otro, rescatado de una piscina por la Guardia Civil, hubo que practicarle la eutanasia dado su mal estado, en julio de 2018. El hombre juzgado por presunto maltrato animal sale absuelto.

“No ha podido acreditarse” que José Ramón N. G., de 42 años, para el que la Fiscalía pedía 18 meses de prisión y 4 años de inhabilitación para tener animales o ejercer profesión relacionada con ellos, “ostentara o estuviera encargado del cuidado de los dos perros”, señala la jueza Irina Fernández. La sentencia, de fecha 12 de julio, no es firme y admite recurso ante la Audiencia Provincial.

En el juicio, el hombre afirmó que no se había comprometido a cuidar unos perros que llevaban años en la casa de Queirugás (Verín) en la que vivió su padre hasta que fue trasladado a Canarias por otro hermano. Dijo que no se desentendió pero que él no era el responsable ni el cuidador de los canes, porque según su versión además no disponía de los medios ni el tiempo para hacerse cargo, ni de vehículo ni carné.

Turco, el perro que se encontraba en la piscina, donde lo rescató la Guardia Civil. A los dos días tuvo que ser eutanasiado. // GC

“No existen elementos suficientes”, según la jueza, para determinar que el acusado hubiera residido en la vivienda de su padre tras la marcha de este en 2016, ni que el hijo encausado fuera el responsable del cuidado de los perros, que sufrían “claros signos de abandono y falta de cuidado”, un hecho objetivo.

Al no estar demostrada la posición del acusado como propietario o poseedor de los perros, “no se encontraría en una posición de garante, lo que impediría que se le pudiera atribuir responsabilidad penal, incluso aunque hubiera tenido conocimiento previo del mal estado de los animales; todo ello, claro está, al margen del reproche moral que su conducta pudiera merecer”.