El modelo de elevador que presentó el PP en el anterior mandato para salvar el desnivel entre Xoán de Nóvoa y el barrio de la Cruz Alta nunca gustó a Democracia Ourensana, que llegó a calificarlo como "el peor ejemplo de feísmo urbanístico". Ahora en el gobierno, el grupo liderado por el alcalde Gonzalo Pérez Jácome ha decidido paralizar el proyecto y recuperar su idea de instalar una escalera mecánica como las que ya existen en otras ciudades.
El elevador proyectado por el anterior gobierno para el barrio de Cruz Alta, con un presupuesto de 1,3 millones, era la obra más costosa del plan de inversiones incluido en el convenio firmado el pasado mes de agosto entre Concello de Ourense y Diputación para desbloquear 27 actuaciones en la ciudad que estaban paradas por arrastrar un presupuesto prorrogado desde 2014.
Para poder optar a esta financiación, los proyectos deberán estar adjudicados antes del 31 de diciembre, pero el edil de Infraestructuras y portavoz de DO en el grupo de gobierno municipal, Miguel Caride, confirma ya que el elevador se cae del plan de inversiones heredado pero no del programa del nuevo gobierno del Concello: "Lo vamos a paralizar y replantear; el alcalde no lo ve como la solución más adecuada y yo estoy de acuerdo en que la mejor opción es la escalera mecánica donde están las actuales", señala el edil.
De hecho, será una actuación prioritaria en el plan de movilidad vertical en el que ya trabaja el alcalde. "Le llamamos Ourense vertical", señala el concejal, y tiene por objetivo mejorar la accesibilidad peatonal en la ciudad con la instalación de rampas, escaleras mecánicas o elevadores en aquellos puntos con pronunciados desniveles en los que sea viable su colocación.
Este proyecto, matiza Caride, es una de las apuestas de Jácome y es el propio alcalde el que está recorriendo la ciudad acompañado del jefe de servicio de Infraestructuras para estudiar posibles emplazamientos de dispositivos mecánicos. "La idea localizar los puntos, hacer los primeros estudios de viabilidad y encargar los proyectos", explica el portavoz. El presupuesto para 2020, en el que ya trabaja el nuevo equipo de gobierno contemplará partidas específicas para la redacción de los anteproyectos y proyectos urbanísticos, que posteriormente se ejecutarán con cargo al remanente de tesorería a través de modificaciones de crédito puntuales. "Así haremos las grandes obras porque son costes extraordinarios, pero esas modificaciones no las podemos hacer hasta que se liquide el ejercicio 2019 y se incorpore el remanente, que será el año que viene", explica Miguel Caride.
Entretanto, el gobierno se ha centrado en la localización de los espacios posibles, para lo que también se tendrá en cuenta el número de potenciales usuarios y la incidencia de población mayor. "Son instalaciones muy costosas, por eso hay que ser muy racionales en la planificación", explica el edil. También se valorará qué tipo de instalación es más conveniente en cada caso: escalera mecánica, elevador o rampa.
Además de Cruz Alta y el ascensor de Avilés de Taramancos con el puente de Ervedelo, el gobierno local estudia la instalación de dispositivos mecánicos en calles como Rosalía de Castro, en A Ponte, o el barrio de A Carballeira, además de proyectos de mayor envergadura y que Democracia Ourensana ya ha defendido en otras ocasiones, como la instalación de una rampa desde la calle Progreso hasta As Mercedes una vez se consiga la peatonalización de Concordia, o el propio acceso al Auditorio. "Este un gran proyecto sobre el que todavía tenemos que estudiar si técnicamente es viable", precisa Caride.
Cruz Alta será el proyecto más inmediato en el plan de movilidad vertical y el ascensor de Avilés de Taramancos seguirá el procedimiento previsto en el actual plan de obras. En este caso, el proyecto tiene un presupuesto de 260.416 euros y su licitación esté pendiente de un informe de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. "Ya tenemos solicitada una entrevista con el presidente y técnicos para abordar esta y otras cuestiones; en cuanto tengamos este informe lo licitamos y ejecutamos con cargo al remanente del año pasado; estamos haciendo un esfuerzo para llegar a tiempo".
La primera fase de este plan de accesibilidad peatonal ya está en marcha con el diseño del "mapa de la movilidad vertical", explica el concejal de Infraestructuras y portavoz, Miguel Caride que, avanza, será un "plan plurianual, para todo el mandato".
Su puesta en marcha estará recogida en los presupuestos del próximo ejercicio, en los que ya trabaja el gobierno local. "Dotaremos partidas para los estudios y proyectos, y después, a través de las modificaciones de crédito oportunas, los ejecutaremos dando salida al remanente de tesorería", señala el concejal.
El punto fuerte de este mandato es, precisamente, el abultado remanente que acumula el Concello de Ourense tras cuatro años sin presupuesto. "Tenemos unos 103 millones de euros y para utilizarlo tenemos que recurrir a las modificaciones de crédito, siguiendo el proceso que marca la ley", añade.
Entre el 80 y el 85% del presupuesto, explica, se destina a gastos corrientes y personal, "por lo que hay que contemplar la utilización del remanente para lo que se llama inversiones financieramente sostenibles". La instalación de escaleras mecánicas y similares se abordarán desde esta perspectiva y, puntualiza el edil Miguel Caride, "ya me adelanto a explicarlo porque la oposición dirá que anunciamos obras para las que no figuran partidas en el presupuesto".
Caride afirma que el gobierno está funcionando: "Hay un trabajo previo indispensable y ahora estamos en esa fase de trabajo que no se ve pero que si no se hace no permite que después se hagan cosas", concluye.
