El proyecto elaborado por el técnico municipal Carlos Cárcamo, "buscó eliminar barreras físicas, mejorando la accesibilidad mediante la demolición de cierres actuales, así como un acercamiento a un espacio que quedó confinado por una notable diferencia de altura con calle Progreso", explican. Una vez dentro, habrá un paseo perimetral que enmarca en su interior cuatro zonas de esparcimiento vinculadas entre si, como la nueva área de juegos infantiles, ahora accesible para usuarios en silla de ruedas. Además de la tirolina con dos cuerdas, habrá también espacio para juegos de actividad acuática para niños desde 0 a 12 años en el que pueden jugar con varios géiser, chorros, cañones y arcos de agua.
Para ello se dota un espacio de 162 metros cuadrados en el que los niños de modo libre jueguen con el agua, incluso aquellos con movilidad reducida. Tampoco aquí habrá barreras. El resto del año esa zona se reconvierte en una fuente nocturna con iluminación artística. Por último se destina un espacio a los juegos tradicionales, que de modo simbólico van a estar presentes como el truco, el trompo, un circuito de chapas e incluso de tizas para pintar en el suelo. Son recursos y conocimientos hoy inéditos para los niños pero que este proyecto de ocio y descanso quiere hacer de nuevo vigentes.
