En la calle o en el garaje, da lo mismo para quienes no respetan lo ajeno. Más de una docena de coches fueron hallados en la mañana de ayer en diferentes garajes de la villa de O Carballiño con el cristal roto y todo revuelto adentro. En lo que va de año es el primer caso aunque no el único en esta villa en la que otros años se registró algún que otro caso.
En la jornada de ayer los propietarios afectados acudieron unos a la Guardia Civil y otros a la Policía Local para denunciar que encontraron sus coches con roturas de cristal y en su interior todo revuelto. Los hechos tuvieron lugar en garajes de varias calles céntricas de la villa, como en la avenida 25 de Xullo, en Conde Vallellano, en Fariñas Jamardo, en las que se vieron afectados unos 10 vehículos denunciados ante la Policía Local.
En estos casos nadie echó en falta ningún objeto, así como tampoco denunciaron que la puerta de sus respectivos garajes mostrara indicios de ser forzada por los cacos para entrar.
En la Guardia Civil constan otros tres casos, que se registraron en la avenida del Balneario, rúa Curros Enríquez y rúa República de Argentina.
Puede que no todos los propietarios afectados presentaran ayer su respectiva denuncia, por lo que la cifra de coches implicados podría ser mayor. Las autoridades procederán a investigar los hechos de los que de momento no disponen de más datos.
Precedentes
No es la primera vez que en O Carballiño los ladrones acceden a garajes para robar en vehículos, no obstante éste es el primer caso en lo que va de año. Incluso en 2015 robaron el propio vehículo en el garaje de una casa que días después apareció abandonado en el municipio de Cortegada.
Asimismo, en más de una ocasión se han registrado daños a vehículos estacionados en la calle.
No solo la capital del Arenteiro es objeto de atracos a coches, ya que desde hace varios años se viene suscitando algún que otro caso en la villa de Ribadavia en la que en una ocasión hasta se vieron afectados más de 15 el mismo día, pero en lo que va de 2017 se ha salvado de momento.
