Manuel Blanco Romasanta nació en Esgos en 1809. Tras la muerte de su esposa empezó a dedicarse a la venta ambulante por toda Galicia, y los crímenes que cometió a partir de este momento de su vida le valieron el sobrenombre del "Hombre lobo de Allariz", convirtiéndose en uno de los primeros casos documentados de licantropía clínica. Los expertos explican que Manuel sufría alucinaciones que le hacían creer que era un animal o que podía transformarse en uno. Una patología que le habría llevado a asesinar a hasta 13 personas, principalmente mujeres y niños.

Este particular personaje que llevó a cabo la mayor parte de sus crímenes en los bosques de Redondela y Argostios, protagoniza desde hace siete años unas jornadas organizadas por la Fundación Vicente Risco, en Allariz. Precisamente las séptimas se celebraban ayer y según explicaba el secretario de la Fundación, Luis Martínez-Risco, las de este año estuvieron dedicadas a la mujer. "Tomando la figura de Romasanta como disculpa, analizamos la situación jurídica y social de la mujer en la época en la que él vivió, la segunda mitad del siglo XIX", indicó.

Para ello, las jornadas contaron con las ponencias de Natalia Pérez Rivas, doctora en Derecho y profesora de Derecho Penal y Criminología en la Universidad de Santiago de Compostela y Carme Adán Villamarín, doctora en Filosofía y también catedrática que imparte clases en el IES Politécnico de Vigo. Natalia Pérez se encargó de inaugurar las jornadas con una ponencia sobre el "Tratamiento penal de la mujer en el siglo XIX", y ya por la tarde, Carme Adán habló a los asistentes de "Romasanta y la jerarquía de género".

En palabras de Martínez-Risco, "hace algunos años hicimos un pequeño cambio de formato. En vez de centrarnos tanto en la figura de Romasanta, un personaje del que ya se ha investigado mucho, decidimos profundizar más en los diferentes aspectos de la época en la que él vivió".

Y dado que a mayoría de las víctimas de este asesino en serie ourensano fueron mujeres, ellas se convertían ayer en las protagonistas de las ponencias. "Buscamos aprender cómo vivían y cuál era su situación social e incluso tratamiento penal en estos años", abundaba Martínez-Risco.

Además de las conferencias, las jornadas también acogieron la presentación de la segunda serie de Contos de Romasanta. Desde hace tres años, la fundación invita a cuatro escritores, dos gallegos y dos portugueses a que participen en las jornadas. Como contraprestación los autores se comprometen a escribir un relato corto cada uno, inspirado en lo visto y oído en las conferencias.

Unos relatos que se presentan al año siguiente. Ayer, veían la luz los de Mariña Rey, Carlos Carballo, Antonio Saavedra y Antonio Manuel Fraga. "Las historias están inspiradas en él, pero una vez más usándolo como disculpa en vez de centrados en su figura", aseguraba Martínez-Risco de unas piezas que, sin duda, pertenecen a los géneros de la fantasía y el terror, al igual que la historia del propio "Hombre lobo de Allariz".