El jefe del servicio de Neumología del CHUO, José Abal Arca, explica que el radón deriva del uranio que está en las rocas graníticas de la corteza terrestre. "Ese uranio se desintegra y se convierte en radón. El radón mismo no es el que causa el problema, sino otros productos de desintegración del gas radón que nos llevan hasta el polonio y desarrollan cáncer de pulmón".

En las zonas que existe una base granítica terrestre, el radón penetra en las casas por las grietas que pueda haber en la base de cimentación, o a través de los conductos de saneamiento. Se puede solucionar, "cambiando la normativa sobre edificaciones, para que no penetre el radón en los edificios". En las casas que ya están construidas, "hay que mejorar la base de cimentación de los sótanos, hay que sellar mejor las cámaras de aire y abrir ventanas en los sótanos, para que haya buena ventilación". Para eso hay que tener en cuenta que este gas es más denso que el aire, por lo tanto "tiende a acumularse en las zonas más bajas de las casas", concluye José Abal Arca.