-¿La morosidad en los pagos, por parte de entidades públicas y privadas, está dañando el tejido empresarial?

-La morosidad conduce a tensiones financieras que conllevan necesidades de financiación externa, con todos los gastos que para una empresa suponen y que compromete su viabilidad futura. Entre las empresas privadas la morosidad es un riesgo que todo empresario asume. Se lleva peor que las administraciones públicas que deben dar ejemplo y que están financiadas con los presupuestos que provienen de los impuestos, a los que todos contribuimos, no paguen en tiempo y peor como ocurrió hace apenas pocos años que simplemente no pagaban. Hasta que esa situación se fue arreglando con los planes públicos de pagos a proveedores, arrastraron al cierre a multitud de empresas privadas que contrataban con las administraciones, en base a la buena fe mercantil, y en base a que las administraciones siempre habían pagado históricamente, ya que nos representan a todos. Creo que el daño que se le ha hecho a algunas empresas y al sector empresarial en conjunto, de que nuestras administraciones, por mala gestión, no pagaran en tiempo, ha sido enorme. En este momento esa situación concreta, a nivel empresarial, ha mejorado mucho en general.

-¿Es fructífera la relación de las empresas de Ourense con la universidad?

-La Ceo y la Universidad mantienen una relación y una comunicación continua, con un convenio firmado en el que se vertebran por un lado las necesidades formativas que la universidad debe ofrecer al tejido empresarial ourensano y por otro la coordinación de prácticas entre ambas instituciones. La Ceo participa en reuniones de órganos colegiados de la Universidad, aportando la visión empresarial a distintos proyectos.