Transparencia y proximidad. De la primera hace gala desde su posesión y de nuevo ayer, admitiendo todas las preguntas en una comparecencia de 45 minutos. La segunda máxima parece innegociable. "Somos servidores públicos. Esta es una ciudad pequeña, con gente mayor, y queremos que la población confíe en nosotros". La estadística va bien. Los delitos de violencia de género han caído un 20%, en lo que va de año no se ha registrado ninguna agresión sexual, han detenido a responsables de robos en comercios, y el nuevo grupo de drogas tiene en el foco la desarticulación de "puntos negros" para cumplir, precisamente, ese servicio de proximidad. "Si venden en un piso próximo, el vecino piensa en que su hijo o su nieto va a ser víctima". Por lo demás, "Ourense es segura", redunda. No es lugar de "grandes atracos" pero sí está expuesto a hechos estacionales como los robos en pisos, de bandas especializadas e itinerantes, que actúan "de 9 a 14 horas", entran en viviendas, roban solo joyas y dinero y huyen. "A veces la víctima no nota nada". En este mes, ningún caso, según el comisario Álvarez Valencia. La Policía vigila las estaciones y accesos a la ciudad.