Javier y Francisco charlan en la parada a la espera de clientes a los que llevar en sus taxis de un punto de Ourense a otro. "Pero nada, aun encima de ser festivo y tener que venir a trabajar el día está parado y Ourense vacío, así la jornada se vuelve larga, aburrida y poco productiva", se quejaba Javier.

Una variable que no mejora para nada el hecho de "haber tenido que madrugar mientras los demás duermen, eso es lo que peor llevo" comentaba este taxista.

Su compañero Francisco, más resignado con el trabajo que ha elegido añadía, "es lo que hay, estamos acostumbrados, es como trabajar de noche, no apasiona pero tenemos que aprovecharlo", exponía.

En cuanto a los malabarismos para coincidir con familia y amigos en estos días que parecen estar dedicados a reunirse con ellos después de toda la semana trabajando ellos lo tienen claro: "Nuestra familia y amigos van haciendo su vida y sus planes por su cuenta y nosotros nos quedamos en casa solos, de Rodríguez", bromeaban.