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Roberto Castro García: "Los asesinatos de Vilanova y Socorro son un peso en el alma; confío en que se resolverán"

- Pide esfuerzos "de todas las administraciones" contra el abandono del rural y los incendios - La estación del AVE de Ourense: "Sería insensato pretender que fuera un Museo del Prado"

El subdelegado del Gobierno en Ourense, Roberto Castro, posa para la entrevista. // Jesús Regal

Puertas abiertas a todos los ciudadanos y una atención servicial son las máximas que ha propugnado el subdelegado del Gobierno en Ourense desde su toma de posesión en febrero de 2012. Al filo del final de la legislatura, Roberto Castro hace balance en FARO. Continuar en el cargo dependerá de las Generales y del criterio del próximo Ejecutivo. En tiempo de precampaña, defiende las inversiones de los últimos años en la provincia, con el AVE como destino principal del gasto, y se suma al mensaje de la recuperación del PP central sin negar puntos negros ni las especificidades de Ourense: el fracaso en la lucha contra incendios, la despoblación del medio rural y los dos crímenes por resolver.

-¿Cuál es su balance de la legislatura, a dos meses de elecciones?

-Que los sacrificios de todos no han sido baldíos. Al Gobierno se le ha criticado que solo se preocupara por la economía, pero la situación era tan grave que, haciendo una analogía, había que empezar por el tejado. Las reformas que se hicieron deben ser continuados; sería una temeridad que después de tanto esfuerzo volviéramos a caer.

-¿Se vislumbra en Ourense esa mejoría que subraya el Gobierno?

-Como ciudadano veo por ejemplo más alegría en el gasto que en otros momentos, como en 2012 o 2013. Ahí estás el reflejo en la conflictividad social. Aunque esta sea una provincia tranquila, datos como los de las manifestaciones reflejan el cambio de tendencia: hace 3 años hubo 364 actos, 461 en 2013, 421 en 2014 y, en lo que va de año, 212. En una sociedad democrática, las protestas y concentraciones son un termómetro de lo que sucede. Ahora bien, ¿está todo hecho y estamos satisfechos? No, hay que seguir mejorando. Pero sin la continuidad de estas medidas, corremos el riesgo de retroceder.

-Aunque ahora la prioridad policial es esclarecer dos crímenes; al margen la estadística también indica que se reduce la delincuencia.

-En la ciudad, el ámbito de la Policía Nacional, descendieron los delitos más de un 9 % en este año y en el medio rural, la demarcación de la Guardia Civil, la caída del total de faltas y delitos es de más de un 6%. Por supuesto teniendo en cuenta que, aun siendo Ourense una provincia segura a nivel estatal, tenemos dos casos pendientes muy graves y muy dolorosos.

-¿Se resolverán los asesinatos del cura de Vilanova y de Socorro?

-En ambos confío en la solvencia, dedicación y entrega de los investigadores de la Guardia Civil, en el primer caso, y de la Policía Nacional, en el segundo. Todos los esfuerzos posibles están volcados en estas investigaciones. Tengo una gran confianza en que se van a resolver.

-Para un subdelegado, el máximo responsable provincial de las fuerzas de seguridad, ¿los crímenes sin resolver son espinas clavadas?

-Sin duda. Es un peso en el alma y en el corazón. Aunque como responsable político no dirijas la investigación, te invade una amargura humana. Tanto en el caso del sacerdote de Vilanova como el de Socorro, son muertes violentas que cuesta entender. Que se resuelvan, aun en el supuesto de no estar ya en el cargo, es un alivio por el hecho de hacer justicia. Los autores tienen que saber que más pronto que tarde van a ser localizados, detenidos y puestos a disposición de un juez.

-¿No dan las grandes cifras del AVE una visión distorsionada del trato del Estado a la provincia?

-Es una lectura simplista. Que el AVE se consolidase, situando Ourense a 2 horas y cuarto de Madrid en 2018, es un mérito del presidente del Gobierno y de la ministra de Fomento, Ana Pastor, que está empeñada en que se cumplan los plazos y las adjudicaciones, evitando modificados y sobrecostes. Cuando pase la obra del AVE, una serie de economías locales se verán impulsadas. Si en 2016 se van a invertir 731 millones, es obvio que quedará menos inversión que hacer.

El mismo trabajo y compromiso del Gobierno en este gran proyecto también ha hecho posible la obra de la depuradora de Reza con más de 59 millones de euros. Pero en este tiempo, la Confederación lleva a cabo multitud de obras de recuperación ambiental en la provincia; se han ejecutado las reformas del Banco de España y la Plaza de Abastos de A Ponte; se han gastado este año 12 millones en carreteras y hay presupuestados más de 22 para ejecutar durante el año 2016.

-¿Qué estación tendrá Ourense?

- La variante exterior es inapelable y cumple los plazos, así se comprometió la ministra Pastor. Con respecto a la estación, sería insensato pretender que fuera el Museo del Prado. Debe ser un punto de parada y salida, cómoda, accesible, con servicios adecuados e intermodal. Proyectarla como la gran obra de un arquitecto, creo que era un enfoque de muy ricos.

-Pasa otra legislatura pero el gran problema, el demográfico, no se contiene sino que mes a mes se acentúa.

-Es un gran problema y muy difícil de resolver. Todos demandamos los mejores servicios, vivamos en Vigo o en una aldea, porque para eso pagamos impuestos. Los jóvenes los necesitan para fijar población y el envejecimiento requiere cada vez más recursos del sistema. Tenemos que buscar alternativas combinadas de todas las administraciones. Ourense es una provincia que debe ir a más mirando a su sector primario y al medio rural.

-Con esta realidad y con el goteo de jóvenes que emigran sin expectativas laborales, ¿tiene sentido hablar de recuperación?

-Es verdad, pero sí que nos hemos recuperado con respecto a una situación previa que era peor. La recuperación definitiva llegará solventando ese otro gran problema. Yo creo que es posible reconducirlo; hay ejemplos de emprendedores en las aldeas. Esas iniciativas tienen que ir de la mano de las instituciones. Una vez que se ha superado una situación peor, las administraciones deben volcarse en resolver estos problemas. Las nuevas medidas de la Xunta de Galicia en política social creo que apuntan a ello.

-¿Nos hemos resignado a que arderá año tras año, sin solución?

-Me resisto a ser fatalista y a creer que tengamos que ver decenas de millones de euros reducidos a humo, todos los años. Atajarlo pasa por una concienciación de todos, por frenar ese abandono del rural. Es preciso decir: "Hasta aquí hemos llegado". Algo tenemos que hacer ciudadanos y administraciones públicas, junto a las nuevas tecnologías de vigilancia y detección. Hacer el monte rentable, apostar por el asociacionismo y la silvicultura. Los ingentes recursos dedicados a apagar incendios podrían volcarse así en apoyar iniciativas de desarrollo.

-¿Por qué los 500.000 euros comprometidos por el Gobierno para paliar el gran incendio de Cualedro no se dedicaron antes a prevención?

-Es cierto que hay actores que defienden que los incendios se apagan en el invierno. Efectivamente hay que poner en valor nuestra tierra y que las administraciones del Estado y la Xunta avancen en la búsqueda de mejoras de ese tipo.

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