La iglesia de San Salvador de Manin fue símbolo de la resistencia de Aceredo. En su interior se encerraron un centenar de vecinos para evitar su traslado y presionar por mejores indemnizaciones. Abandonaron el recinto la misma noche que se cerraron las compuertas del embalse y el agua cubría Buscalque. Piedra a piedra, el templo fue trasladado a la aldea próxima de Compostela. Misteriosamente, en el inventario desaparecieron las imágenes de Santiago y Santa Ana.