M.J.A.  Ourense

Francisco Franco, su mujer Carmen Polo, varios ministros del régimen, jefes del Movimiento, e incluso, según los investigadores, una"madame" de origen ourensano, con poderes plenipotenciarios en el Gobierno franquista, arribaron a Ourense un caluroso 1 de julio de 1957, en el viaje inaugural del tren de la línea Zamora a Galicia, el remate a 30 años de obras, y un hito en materia de ingeniería que acercó a Ourense y a Galicia al resto de la meseta y fue un precursor en materia de comunicaciones de lo que ahora será el AVE.

Para conmemorar estos cincuenta años de un proyecto mítico desde el punto de vista de la ingeniería e incluso del social y sindical, como luego explicaremos, asociaciones de ferroviarios de Santiago, Zamora, y la asociación Carrilanos de Foula de Ourense, organizaron una exposición, inaugurada ayer, que recoge, textos históricos, planos, fotografías de todo el proceso y construcción de la obra, e incluso piezas mecánicas, de aquellos trenes de los 60, que hoy se exhiben en el museo del tren que tiene Foula en el barrio de San Francisco en Ourense.

Estos locos por el tren como Francisco Boluda, que desde el altruismo y la pasión por este medio de transporte, han montado en la sede de Foula, un museo permanente y un tren en movimiento, que merecería el total apoyo de las instituciones, han devuelto a la memoria colectiva a través de esta exposición, todo el proceso de una línea, en cuya construcción participaron durante 30 años, 20.000 obreros, los "carrilanos", cientos de ellos fallecidos a causa de un complejo trabajo con más de 100 túneles, que se hizo entonces de forma manual.

La proclamación de la República en 1931 y su decisión de paralizar la obra por costosa, dejó sin trabajo entonces a 12.000 personas, los "carrilanos", que protagonizaron revueltas sin precedentes, a cargo de trabajadores comunistas y anarquistas. Su valor permitió reanudar una obra que cambió la historia de Ourense, y la del tren.