La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega) hizo público el resultado de unos análisis de muestras de agua realizados el pasado 26 de abril tras conocerse el vertido de 55.000 litros de gasóleo de los talleres de Adif -el administrador de infraestructuras de Renfe-, al curso del Miño y en los días posteriores a aquel vertido ilegal avalan, según la versión de ese colectivo ecologista, contaminación de las aguas del río por hidrocarburos, que fue negada en todo momento por el Concello de Ourense y la Xunta de Galicia.

Por su parte, el concejal de Medio Ambiente de Ourense, Demetrio Espinosa, una vez repasado el contenido de estos análisis encargados por Adega, mantiene que esos estudios muestran parámetros que oscilan entre los 0,11 y los 0,9 miligramos de hidrocarburos por litro de agua analizada, "cuando los parámetros máximos permitidos rondan los 0,50 miligramos por litro".

Versión de Adega

Adega tomó las muestras en cinco puntos: muy cerca de la depuradora, a 1,5 kilómetros de la planta, aguas abajo; en dos de los talleres de Adif, en el barrio de A Ponte y en un sumidero próximo a la zona de la depuradora.

Los estudios fueron realizados por un laboratorio autorizado. Según Luis Díaz Cabanelas, médico y vocal de Saúde Ambiental de Adega, "los análisis demuestran que el gasóleo llegó al río aunque muy diluido".

Añade que "las autoridades tendrán que explicar por qué negaron esto hechos que sí reconoció la Confederación Hidrográfica del Norte en un primer momento", añade, pues "vemos que la concentración más alta en el agua la encontramos en el sumidero desde el cual la depuradora vierte al río y donde alcanza los 0,40 miligramos de hidrocarburos por litro, de los cuales 0,39 miligramos por litro corresponden a orgánicos en el rango del diésel".

Añade el miembro de Adega que en las proximidades de depuradora la concentración de hidrocarburos es de 0,11 miligramos por litro, "y si nos alejamos del foco la concentración disminuye hasta 0,09 miligramos".

Parámetros

Según el criterio de Adega, con estos niveles las aguas del río superarían los parámetros de 0,05 miligramos por litro permitidos para el líquido destinado a agua potable del tipo A1; es decir, la que se destina a consumo humano y que va a recibir un tratamiento físico simple, como filtración y desinfección.

Según Luis Díaz Cabanelas, la contaminación que denuncian no llegaría a superar los niveles permitidos de 0,2 miligramos por litro para el agua potable del tipo A2, "que es aquella potabilizable que va a recibir un tratamiento físico-químico normal como percloración, floculación, decantación, filtración o desinfección".