Su presencia a pie de obra inspira respeto. Manolo Gallego Jorreto llegaba ayer sobre la 13:30 horas a visitar los trabajos del futuro Centro Cívico de Ourense. Ninguna corte detrás de él. Armado con una pequeña máquina digital se se presentó en la obra donde compartió impresiones con el arqueólogo municipal, el de la empresa que realiza las catas y el arquitecto municipal. No quedó rincón por fotografiar y se marchó con el deseo de que algún día se publicaran todos los hallazgos arqueológicos del casco histórico de Ourense. Premio Nacional de Arquitectura por el Museo de Bellas Artes de A Coruña y autor de la sede residencial del presidente de la Xunta, Gallego Jorreto considera digno de elogio el trabajo en el casco histórico ourensano.

- ¿Qué dificultades plantea esta actuación ?

-La principal es que son muchas cosas para un sitio muy pequeño Presenta también las de construir un edificio actual, moderno para el casco histórico, donde, además, las casas presentan un grado de conservación muy escaso. Trabajar ahí es peligroso, porque se pueden causar lesiones a otros edificios.

- ¿La restauración y/o rehabilitación es cuestión de dinero solamente?

- Es cuestión de dinero, como todo, pero también de actitud, de cultura. Debe haber también una educación ciudadana y un compromiso político. Hay que orientar a los ciudadanos sobre lo que es mejor. Que se den cuenta que el patrimonio cultural beneficia a la ciudad y es un punto de desarrollo económico. Es un tema complejo, pero ni mucho menos es un problema de economía.

- ¿La iniciativa privada considera que los trabajos arqueológicos son un lastre, que restan dinamismo a la recuperación de un entorno?

-Los trabajos arqueológicos son incuestionables, hay que hacerlos, pero hacerlos bien. Lo que pasa es que muchas veces hay que agilizar todo el proceso, Seguramente ahí nos falta mucho Hay que organizar de otra forma para que no repercuta en la economía de la obra. Lo que no puede ser es que un señor que quiera ser respetuoso y cívico, al final, salga fastidiado

- ¿Qué diferencias hay entre una actuación en el casco histórico de Santiago y otra en Ourense?

-Ninguna. Quizás, Santiago tenga un casco histórico mucho más riguroso. Tenga en cuenta que el de Santiago, junto con el de Toledo, fueron los primeros cascos que se declararon monumento nacional. El de Santiago tiene la atención de todo el mundo. Desde ese aspecto diferente, desde el otro es exactamente igual. Santiago tiene una serie de instrumentos, mucho más complejos, más elaborados. Tiene muchos años.

- ¿Que´características debe tener un espacio público como el que se pretende construir en el casco histórico?

-Cualquier cosa que se haga tiene que integrarse perfectamente. Tiene que tener poder de integración y ser capaz de convivir con lo que hay a su alrededor. Tiene que ser actual. Hay cosas que no cabe hacerlas de otra manera. Además, estos edificios que se hacen responden a necesidades actuales. Ourense antes no necesitaba un centro cívico

-¿Son compatibles los edificios que ahora se llama ecológicos, que ahorran energía con todo esto?

- Si que es, sí. Lo que llaman edificio ecológico ahora, yo creo que es una actitud. Hoy en día, como todo el mundo sabe, casi todo está condicionado por el mundo de la imagen y el del mercado.Esos modelos futuristas con los que no encontramos obedece en parte a esto. Pero no es toda la arquitectura ni es la arquitectura , aunque un sector sí lo haga.

- ¿De qué edificio se siente más satisfecho de todos los que ha realizado?

-No lo sé. Quizás, en los últimos son en los que más esperanzas tengo, por ejemplo éste.

-¿Me dijeron que había elegido precisamente esta actuación por ser la más complicada?

-Le chivaron más cosas de las debidas. No, la verdad es que pensaba que era un edificio que se veía poco y a mí trabajar en estos sitios me apetecía. Quería ver si era capaz de un edificio más en el interior.