Opinión | La tribuna

Netanyahu va a lo suyo y se equivoca

El primer ministro Netanyahu se ha equivocado porque a los seis meses de iniciada la operación militar sobre Gaza, Israel ha perdido mucha de la simpatía y del apoyo internacional que recibió tras el brutal ataque terrorista de Hamas del pasado octubre. Su desproporcionada respuesta ha llevado a que hoy le critiquen abiertamente hasta defensores tan firmes como Estados Unidos, o a que África del Sur le haya acusado de genocidio ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, que aunque tardará años en emitir sentencia ha encontrado “indicios” y le ha pedido que modere su respuesta.

Netanyahu se ha equivocado también porque no ha conseguido ninguno de los dos objetivos principales que se impuso al comienzo de su campaña militar: destruir a Hamas y liberar a los rehenes. Puede desmantelar la estructura militar de la organización palestina pero una idea no se destruye a cañonazos y por eso Hamas sobrevivirá. Y aunque han regresado algunos rehenes todavía quedan 130 en poder de Hamas, no se sabe si vivos o muertos e imagino que los que sobreviven lo hacen en condiciones muy duras. No hay que olvidar que tomar rehenes es un crimen de guerra.

Israel no logra poner a salvo a los rehenes porque continuar la guerra es incompatible con su liberación y Netanyahu ha dado prioridad al primer objetivo sobre el segundo. Lo ha hecho porque así se lo exige el abigarrado gobierno de coalición que preside, trufado de partidos ultranacionalistas y ultra-religiosos que amenazan con hacerle caer a cada momento: los ultranacionalistas desean quedarse con cuanta más tierra palestina sea posible, apoyan la expansión de los colonos violentos en Cisjordania, y la continuación del conflicto favorece sus objetivos expansionistas. Curiosamente tampoco Hamas parece tener prisa porque le importa poco la suerte de los palestinos que sufren, y porque para ellos resistir es vencer una vez que han mostrado al mundo la vulnerabilidad de Israel. El caso es que la continuidad del conflicto ayuda a Netanyahu a mantener unido a su gobierno aunque dificulte la recuperación de los rehenes, cuyos familiares se muestran crecientemente disconformes y vociferantes por estimar que el primer ministro no hace lo suficiente. Y es que Hamas no los liberará si no es a cambio de un alto el fuego permanente y no solo temporal. La continuación de la guerra hace muy difícil la liberación de los rehenes.

"Hamás no parece tener prisa, para ellos resistir es vencer una vez que han mostrado al mundo la vulnerabilidad de Israel"

Es duro decirlo e incluso pensarlo sin pruebas pero a veces parece que a Netanyahu le interesa la continuación del conflicto porque está incurso en un proceso de corrupción del que de momento le libra su impunidad como primer ministro. Él sabe que el día que acabe la guerra habrá elecciones y se abrirá una investigación que le pedirá explicaciones por los fallos de seguridad que se produjeron el día 7 de octubre y que también se reabrirá su proceso penal. Y no le apetecen ninguna de las dos cosas.

Peor aún. A veces da la impresión de que al mismo gobierno de Israel le puede interesar no ya solo la continuidad del conflicto sino su misma extensión pues solo así se explican algunas acciones que cabe considerar provocadoras en el delicado contexto actual como son el asesinato de hijos y nietos del líder de Hamas, los constantes bombardeos de objetivos iraníes en Siria y, sobre todo, la destrucción de un edificio diplomático iraní en Beirut con muerte de un general. Mal está violar la embajada mexicana en Quito, pero peor es bombardear otra sede diplomática.

No es inteligente por parte de Irán responder ahora brutalmente al bombardeo de su sede diplomática porque eso hará que Israel pase de agresor en Gaza a país agredido y rodeado de enemigos poderosos y no democráticos que desean su destrucción. Y por ese camino recibirá muestras de solidaridad internacional y recuperará mucha de la simpatía dilapidada desde el pasado 7 de octubre. Teherán no debería hacerle ese regalo.

Finalmente Netanyahu se equivoca al desoír una y otra vez a Biden y poner en peligro su relación privilegiada con EE UU. Y también al colocarse tan abiertamente del lado de los Republicanos y enajenarse a los Demócratas. Terrible error y más en año electoral. El resultado es que hoy Israel está más solo y más aislado que nunca mientras su imagen internacional se ha deteriorado mucho. Todo obra de Bibi Netanyahu.

*Embajador de España

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